La importancia de tener un máster

Se acabó el verano y empieza un nuevo curso, incluso para aquellos que han finalizado sus estudios universitarios o para los que, ya dentro del mundo laboral, necesitan ampliar sus conocimientos en áreas determinadas. En nuestro país hay más de 10.000 programas de máster o de formación de postgrado, por lo que hay que dedicar tiempo y esfuerzo a estudiar bien la oferta y elegir la mejor opción. Y la más adecuada será siempre aquella que se adapta a nuestras necesidades formativas, al tiempo de que disponemos para cursarlo o a nuestras posibilidades económicas.

La elevada tasa de paro de nuestro país hace que la formación sea un plus muy bien valorado por las empresas. Tener un máster nos da más y mejores opciones de entrar en el mundo laboral, un aspecto a tener muy en cuenta en vista de la escasez de puestos de trabajo que se ofrecen.

Encontraremos ofertas de todo tipo, desde másteres oficiales a otros propios de cada universidad. Los hay presenciales o a distancia. Incluso, existen algunos que combinan ambas modalidades.

Quien decide hacer un máster busca enfocar su carrera profesional hacia un área determinada dentro de su ámbito. Por otro lado, hay profesionales en activo que ven la necesidad de la formación permanente para actualizar sus conocimientos y ponerse al día. En cualquier caso, la realización de un máster puede ser la clave para diferenciar tu currículum del resto y para abrirte nuevas oportunidades laborales y salariales.

¿Por qué cursar un máster?

Las raciones son distintas y variadas y todas ellas válidas, pues están en función de la situación personal y profesional de cada uno.

Para empezar, un máster no asegura un puesto de trabajo pero nos puede ayudar a conseguirlo. La mayoría de las empresas valoran mucho la formación especializada, además de la titulación universitaria. Entonces, ¿por qué no aprovechar esta oportunidad formativa?

Si nos centramos en ámbitos muy concretos, como la sanidad, la consultoría, la banca, el ámbito jurídico o los recursos humanos, un máster es casi una obligación completar nuestra formación con un máster. Así lo demandan y lo valoran las empresas, con lo cual es necesario adaptar nuestro currículo a estos requisitos si queremos encontrar buenas salidas laborales.

Además, un máster o los estudios de postgrado suelen incentivar el salario. Hay estudios que demuestran que los trabajadores que disponen de estas titulaciones suelen cobrar hasta un 50% más que los que disponen solo d estudios básicos. Y, puestos a trabajar, cuanto más y mejor nos paguen, mejor ¿verdad?

Por otro lado, al realizar un máster se amplían y mucho los contactos. Podremos crear una amplia red social integrada por profesores, compañeros, profesionales en activo y responsables empresariales que nos ayudará mucho. Esto supone una ventaja no solo a la hora de encontrar el primer empleo, sino durante el desarrollo de toda nuestra carrera profesional.

Y, si tú ya estás en activo, cursar un máster puede beneficiarte de muchas maneras: ampliarás tu formación, adquirirás conocimientos específicos, estarás mejor valorado en tu empresa y puede que se te abran nuevos horizontes laborales que te permitan promocionar.

Un máster amplía las oportunidades laborales

Tal vez no lo sepas pero, la mayoría de las instituciones que ofrecen másteres y estudios de postgrado disponen de una bolsa de trabajo selectiva y especializada a sus estudiantes. Además, muchas veces las empresas buscan perfiles muy concretos y son ellas las que acuden a estos organismos para ofertar puestos laborales a sus alumnos.

Por otro lado, hay otro elemento a tener en cuenta. Y es que en la mayoría de los casos, los estudiantes recién licenciados que cursan un máster pueden realizar prácticas en empresas para aplicar los conocimientos adquiridos. Con lo cual, pueden suplir la falta de experiencia laboral que se pide en muchas ofertas de empleo.

También hay otra lectura importante que suelen hacer las empresas que buscan cubrir puestos determinados. Y es que, por lo general, realizar un máster denota motivación por parte de los alumnos, además de un interés evidente en actualizar conocimientos y ampliar su formación. Los departamentos de recursos humanos valoran muchos aspectos de los candidatos y la proactividad suele ser uno de ellos.