Obuu y su innovación aeronáutica

A nivel europeo, y hablando en términos de facturación y empleo, la industria aeronáutica en España se posiciona en el quinto lugar y creciendo en lo que a inversión se refiere. Siendo la séptima potencia en el mundo respecto a la fabricación de satélites, el país también participa en misiones como la recién extinta Rosetta o el objetivo de Marte 2020. A fin de cuentas, junto con el históricamente reconocido sector biotecnológico español, el aeronáutico es de los que más facturación reinvierte en cada periodo en el global del I+D+i en España, según el informe de Tadae.

Sin embargo, estamos en todo pero no estamos en nada. ¿El problema? En España no se lanzan los cohetes que se llevan el protagonismo de las portadas. O, al menos, eso opinan los chicos de Obuu, una startup española dedicada a la optimización del stock del material aeronáutico. Y no sólo eso, esta industria ha traspasado fronteras, y aunque nacidos en ella, han pasado a formar parte de la familia de cualquier entidad que lleve a cabo mantenimiento de máquinas complejas.

Airbus ocupa el puesto número uno en ranking de las mejores empresas del sector, según sus datos de facturación, lo que para el país es bueno según Francisco, co-fundador de la empresa:

«Hay talento y potencial. Estamos orgullosos de representar a España en otros países. Y las empresas del sector en España pueden aportar mucho al sector aeronáutico mundial».

Y dentro del sector de los emprendedores, hay muchos que están haciendo cosas interesantes, pero tampoco estamos a la cabeza por muchas razones. Pero una de ellas, según Nicolás Hornillos, otro de los co-fundadores de la startup, es que «en España hay mucha gente con muchas capacidades que lo que tiene que hacer es tirarse a la piscina», porque «estamos todos muy contentos en nuestros trabajos pero si no te arriesgas no haces nada». Y todo se resume para los chicos de Obuu en hacer más ruido que los cohetes que se lanzan en otros países para llamar la atención, que los trenes que circulan o que los barcos que zarpan. Y, sobre todo, seguir invirtiendo en el desarrollo del sector.

Los primeros pasos en cafeterías e incubadoras
Ni empezaron en un garaje en Silicon Valley, ni en la hermandad de alguna de las prestigiosas facultades de la Ivy League. Con menos glamour, pero más efectivo, Obuu nació de la mano de tres ingenieros: dos hermanos y un amigo. Nicolás, con experiencia en mantenimiento aeronáutico, y Francisco, tenía conociemientos en algoritmos de optimización logística, pero había desarrollado su trabajo en diseño y gestión de la fabricación de utillaje de mantenimiento. Mario, el hermano, sabía desarrollar software.

Blanco y en botella. Todo estaba hecho para diseñar y crear «unos algoritmos matemáticos que sirviesen para hacer la lista de la compra del los centros de mantenimiento eronaútico», o sea, para gastarte el menos dinero posible para que el avión vuele más horas en su stock de repuestos. O en otras palabras, «los primeros en aplicar los algoritmos de optimización logística de stock, no sólo a los repuestos reparables, sino que también a herramientas específicas, a elementos desechables y a consumibles». Obuu empezó a darle vueltas al concepto de que un repuesto de avión también puede ser una herramienta específica que serviría para cambiar otra herramienta.

Obuu nació en el mundo de la aeronaútica, pero su estrategia quieren que les lleve al sector de los trenes
Y la idea empezó a gestarse durante fines de semana en cafeterías y escribiendo los primeros pasos del algoritmo en servilletas.

La primera buena nueva llegó con Airbus BizLab, primera incubadora del sector aeronáutico a nivel europeo que elegía en su primera ronda a una startup española. Toda una sorpresa para el sector. Como en el chiste, unos asiáticos, unos alemanes, unos franceses y los españoles se unían durante ocho meses en Toulusse.

Tras algo más de un año, la situación sólo ha ido a mejor. Abandonaron la fase de idea para pasar a la de prototipo. Y ahora tienen más personal contratado y facturando con su trabajo.

En una nueva fase de su negocio B2B quieren abrir la línea de contactos con el sector de los trenes, en el cual España tiene varios hitos en su haber. Pese a que ya estén monetizando su servicio, «los ciclos de venta son diferentes porque las entidades son muy grandes. Hay que moverse hay que hablar con ellas. Es más largo porque en una empresa de 60 mil personas hasta que encuentras a la persona indicada pues tardas mucho. Peor cuando lo tienes es más sencillo que el resto». Ampliar el rango de actividad a la hora de vender consultoría y software es su estrategia.

Aeropuerto de Frankfurt
A algunos sí les funciona el sector público.

De forma paralela a su entrada en la incubadora, el equipo de Obuu hizo la solicitud para las preciadas ayudas NEOTEC otorgadas por el CDTI, seleccionados para formar parte de Business Incubation Centre de la Agencia Espacial Europea en la Comunidad de Madrid (ESA-BIC Madrid Region), y alojados en el Parque Científico de la Carlos III.

¿Lo próximo? Se prepara, a largo plazo, una ronda de financiación de un millón de euros para dar el impulso final. No hay nada definido, pero ponerse en el radar de los posibles inversores es el trabajo que se les pone ahora por delante.

En cualquier caso, hasta ahora han nacido y crecido a través de la incubación y con financiación pública. Esta última ha sido objeto de críticas, dramas y problemas para muchos de los emprendedores españoles que, por alguna razón u otra, no han llegado a obtenerla. Las ayudas de Enisa quedaron recortadas a más de la mitad hace unos meses, lo cual no ha ayudado en absoluto a mejorar la situación. Pero lo cierto es que la ayuda está ahí. Requiere rellenar papeles, formularios, leerse un BOE durante cinco días… Las posibilidades están ahí, aunque algunas sean más sencillas y otras más complicadas.

Sin olvidar que no hace falta tener equity para lograr fondos.

 

La noticia «La innovación aeronáutica española de Obuu para un país que no lanza cohetes» fue publicada originalmente en Hipertextual

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