¿Es lo mismo un crédito que un préstamo?

Normalmente los expertos tratan de establecer claras diferencias entre ambos vocablos e incluso habrás oído en repetidas ocasiones la manida pregunta, ‘¿No sabes la diferencia entre un préstamo y un crédito?’; sin embargo, si nos atenemos a las definiciones debería concluirse que en realidad son sinónimos. A pesar de ello, en España comúnmente se utilizan como palabras distintas debido a la acepción que de ellas han generado las entidades financieras. En resumen, se puede decir que son lo mismo y que se utilizan de forma distinta debido a los usos y costumbres adquiridos.

Empezando por lo más básico: la definición formal de Préstamo y Crédito:

Según la RAE, con la palabra ‘crédito’, nos referimos a “cantidad de dinero u otro medio de pago que una persona o entidad, especialmente bancaria, presta a otra bajo determinadas condiciones de devolución”. La Real Academia Española recoge otras nueve definiciones relacionadas, sin embargo, es la primera de ellas la que nos interesa.

En cuanto a ‘préstamo’, según la RAE, nos estamos refiriendo a “cantidad de dinero que se solicita, generalmente a una institución financiera, con la obligación de devolverlo con un interés”.

Así, de la misma definición formal de la RAE podemos concluir que, efectivamente, son lo mismo puesto que tanto en el caso de préstamo como en el de crédito se trata de una cantidad de dinero que se entrega para después ser devuelta.

Más a fondo: Créditos vs. Préstamos
A continuación, pasamos a describir su acepción más común según las cuales se pueden hacer varias distinciones entre el uso de estos dos conceptos, en base a su uso bancario:

Se habla de Crédito cuando la cantidad de dinero concedida dispone de unos límites fijados de antemano. También cuando el cliente no recibe todo el importe de una sola vez, sino que echa mano de pequeñas cantidades en función de las necesidades dentro del límite establecido. También se habla de crédito cuando la forma de gestionar o acceder a este crédito es a través de una tarjeta o cuenta bancaria o cuando el consumidor solo paga los intereses derivados del dinero realmente disponible, posponiendo la amortización del principal a su vencimiento. Finalmente, también se le da esta acepción cuando este producto financiero se concede durante un tiempo limitado y con un horizonte temporal de 1 a 3 años que, sin embargo, puede ampliarse. Es por esto que una póliza de crédito en el mundo financiero se asocia a necesidades puntuales de dinero o circulante (imprevistos, pagos puntuales, etc.), tanto en personas físicas como jurídicas.

Un ejemplo de crédito sería una línea de crédito de hasta 5.000€ a un año cuyo tipo de interés anual es el 5% y la comisión de no disponibilidad del 0,6%. En este caso como el banco ‘bloquea’ dicha cantidad para las necesidades, cobra en cada momento un 5% sobre las cantidades utilizadas y un 0,6%, mucho menos, sobre las cantidades no utilizadas. A lo largo del año en cada momento se puede optar entre usar desde 0 a 5.000 euros.

Por otro lado, se habla de Préstamo cuando el cliente recibe todo el dinero solicitado de una sola vez o cuando la cantidad fija que concede la entidad bancaria con el préstamo debe ser amortizada junto a los intereses pactados en un plazo fijado previamente y sin posibilidad de ser ampliado. Además se aplica este concepto cuando la devolución de un préstamo se realiza mediante cuotas mensuales, trimestrales etc. o cuando los intereses del préstamo se calculan sobre el total del dinero prestado.

Un ejemplo de préstamo es un préstamo hipotecario en el que el banco presta, por ejemplo, 80.000€ a devolver en 20 años, a un 3% de interés anual y que se utilizan enteramente desde el principio para pagar una casa. En este caso, por lo tanto, no habría comisión de no disponibilidad puesto que todo el dinero siempre está siendo utilizado.

¿Y qué ocurre con los minipréstamos?
Si nos atenemos a las definiciones anteriores, un minicrédito, anticipo o préstamo rápido opera en la práctica como un préstamo, puesto que toda la cantidad se dispone de una sola vez y debe ser amortizado en una sola cuota con la próxima nómina o ingreso.

En lo que respecta a los micropréstamos, prima de nuevo la facilidad de solicitud, de hecho, es la gran diferencia respecto a los prestamos a entidades bancarias, pues estas últimas suelen hacer el proceso muy complejo para la naturaleza de este producto (pequeño anticipo de nómina) mientras que empresas como Contante que se dedican a la concesión de préstamos rápidos son una solución ágil a un problema puntual, también a un mayor coste.

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