La no indicación de alérgenos entre los errores más comunes en el etiquetado

Las etiquetas que se pueden observar en los productos alimenticios han de cumplir un buen número de requisitos y disposiciones legales que velan porque el consumidor pueda obtener toda la información posible sobre el artículo que está a punto de adquirir.

Sin embargo, y pese a todos los reglamentos aprobados, es bastante habitual que se produzcan errores en el etiquetado de alimentos. El centro tecnológico AINIA, perteneciente a la Federación Española de Centros Tecnológicos (FEDIT) y al European Food Institutes (EFI) ha recogido los más habituales en nuestro país.

Hoy en día, la última disposición aprobada es el Reglamento 1169/2011 sobre la Información alimentaria facilitada al consumidor. Esta norma supuso un gran cambio en su momento, llevando a equívocos a muchas empresas. La nueva interpretación fue objeto de numerosas dudas, obligando a la Comisión Europea a tener que elaborar una guía para aclarar la mayoría de ellas.

Entre los principales errores que se producían hay que destacar los concernientes a la lista de ingredientes. En este grupo se podrían englobar dos diferentes. En primer lugar habría que señalar los fallos cometidos en la indicación de alérgenos. Así, según el reglamento actual es obligatorio destacar la presencia de la sustancia o producto que cause la alergia o la intolerancia de manera clara y a través de una tipografía que la diferencia del resto de componentes (clase de letra o color de fondo).

El motivo para realizar el etiquetado de alimentos de esta manera no es otro que permitir que los alérgicos o intolerantes puedan detectar, de manera sencilla, qué productos son y no son aptos para ellos.

El segundo error tiene que ver con la determinación cuantitativa de los ingredientes. Así, la norma reza que será necesario indicar explícitamente la cantidad de un ingrediente en tres situaciones: cuando figure en la denominación del alimento o el consumidor lo asocie con dicha denominación, cuando se destaque en el etiquetado por medio de palabras o también a través de imágenes o representaciones gráficas y, por último, cuando sea esencial para definir un alimento.

Para terminar, otro error bastante frecuente también en el etiquetado de productos alimenticios tiene que ver con la fecha de consumo preferente o de caducidad. Así, aunque la fecha no esté reflejada al lado de la frase “consumir preferentemente antes del”, se deberá indicar el lugar exacto donde el consumidor podrá localizarla para obtener toda la información posible.

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