¿Cómo evitar que los niños olviden durante las vacaciones un segundo idioma aprendido recientemente?

Es sabido que aprender un segundo idioma de pequeños resulta más fácil y beneficioso, pues es durante los cuatro primeros años de vida cuando se generan más conexiones neuronales y somos capaces de absorber más información. Pero, precisamente por esto, es también una etapa en la que el aprendizaje de nuevos idiomas, si no se practican con frecuencia, se pierden. El cerebro es un órgano que funciona a base de conexiones neuronales y los idiomas, como todo, se basan en establecer determinadas conexiones que deben fortalecerse con entrenamiento constante para que no se olvide lo aprendido hasta el momento.

Ahora que vienen las vacaciones de Semana Santa, los más pequeños van a desconectar de las clases y, aunque no sea durante un largo período, deberíamos hacer hincapié en buscar alguno de sus ratos libres para que practiquen el inglés. “No se trata de arruinar sus vacaciones con deberes extra ni clases particulares, sino de intentar incorporar en su día a día el aprendizaje de la lengua inglesa, mediante actividades o recursos que pasen desapercibidos, pero sin embargo, sean efectivos”, señala Marieta Viedma, cofundadora de Lingokids.

Desde Lingokids hacen unas pequeñas recomendaciones o trucos para que los niños puedan seguir practicando y aprendiendo inglés durante las vacaciones:

  1. Cambiar el idioma de los dispositivos tecnológicos al inglés: se debe pensar en todo el tiempo que los niños dedican a la tecnología (tablets, videoconsolas, reproductores…). Seguramente se sepan ya de memoria los pasos que tienen que seguir para utilizarlos, pero es un buen recurso para que visualicen palabras y frases en el nuevo idioma. No es complicado e incluso les hará gracia y esto les motivará.
  2. Hablar a los hijos en inglés, aunque de vergüenza: nuestro idioma nativo es el español, es normal que muchos adultos no se desenvuelvan a la perfección en inglés, pero esto no debe ser un impedimento. Se puede comenzar con frases sencillas relacionadas, por ejemplo, con saludos, con la casa o la escuela. También se pueden introducir frases y palabras relacionadas con actividades de ocio o con la comida. No importa el acento ni si nos equivocamos, cuando los niños vean que sus padres les hablan en inglés lo percibirán como algo bueno e importante, además de ir acostumbrando su oído y lenguaje hablado al nuevo idioma.
  3. Escuchar música y ver películas o series en inglés: es un recurso muy típico, pero es que realmente funciona. Se puede empezar con la música, poniendo canciones que les gusten y sean fáciles de entender la letra y significado (es recomendable poner subtítulos, claro). Y si están muy motivados, ¡una tarde o noche de palomitas y peli nunca viene mal! Ellos elegirán su peli o serie favorita, pero los padres se encargarán de poner el idioma en inglés y los subtítulos en español.
  4. ¡Hablar inglés!: algún día, como plan diferente, se puede proponer a los niños mantener una pequeña conversación en inglés o jugar a algún juego, pero en este idioma (desde juegos de mesa, manualidades, pasando por el “veo veo”). Habrá risas aseguradas y, sin quererlo, estarán practicando un montón de vocabulario y expresiones que quizás creían olvidadas.
  5. Practicar con nativos: no siempre es fácil encontrar personas extranjeras viviendo en el entorno cercano con las que poder ser amigos, pero siempre se puede usar la aplicación Lingokids, en la que todos los juegos y actividades son en inglés, y los vídeos son con profesores reales nativos. ¡Ya no hay excusa para ser un crack del idioma!

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