Los españoles con segundas residencias temen la okupación de sus propiedades

Originado a finales de los sesenta en Inglaterra, Alemania y Holanda, este movimiento aterrizó en nuestro país a mediados de los setenta. Hoy existen en España entre 85.000 y 90.000 viviendas okupadas según un estudio del diario ‘Expansión’.

¿Qué ocurre en su vivienda cuando no está? robos, okupaciones o daños materiales son los temores más extendidos entre los propietarios de segundas propiedades.

La situación de estas las hace estar más expuestas que las residencias habituales, ya que acabada la temporada vacacional y fines de semana, las segundas viviendas son un escenario perfecto para okupas y ladrones. Y es que, a pesar de que en ellas el botín de los cacos puede ser inferior al del hogar principal al no encontrar dinero y joyas, estos suelen tener mayor facilidad para llevar a cabo su cometido de robo u okupación.

Debilidad de las leyes españolas ante la okupación

En España el procedimiento judicial ante un caso de okupación de propiedad dura dos años de media, según la Comisión Normativa del Ilustre Colegio de Abogacía de Barcelona, y además cabe destacar tal y como afirma el diario digital ‘elEconomista.es’, que el 70% de las son realizadas por redes mafiosas, quienes posteriormente tratan de sacar rentabilidad de las viviendas okupadas ilegalmente. En este sentido, las 24 primeras horas después de la okupación de una residencia son cruciales, y es que es cuando la policía puede actuar de manera inmediata ya que en el domicilio en cuestión aún no existen signos de establecimiento.

En este sentido, con el fin de no bajar la guardia y proteger los bienes inmuebles como apartamentos y chalets de estas desagradables situaciones para los propietarios, es recomendable la instalación de sistemas de alarmas para segunda residencia.

“Las primeras 24 horas de okupación son cruciales, ya que la policía puede actuar al no haber signos de establecimiento en el domicilio” Tecnicom

Una respuesta ante el crecimiento de la okupación desde 2008 que permite al dueño de estas propiedades tener bajo control su espacio a pesar de estar a kilómetros de su residencia habitual, y que dotará al propietario de argumentos para alertar a la policía rápidamente impidiendo al okupa establecer como su residencia la vivienda de la que no es poseedor y, por consiguiente, el inicio de un procedimiento judicial extenso.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *