La buena noticia es que el ictus se puede prevenir

El próximo día 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, y, por este motivo, el CGCFE se adhiere y muestra todo su apoyo a la FEI (Federación Española del Ictus) y a la SAFE (Alianza Europea contra el Ictus), en su campaña internacional: ¿Cuál es tu motivación para prevenir el ictus? De esta manera, se busca desarrollar una correcta prevención y poder acceder a un cuidado multidisciplinar y a un tratamiento lo más transversal posible, reconociendo el papel que juega el fisioterapeuta y la Fisioterapia, como agente y pieza clave en la recuperación física y emocional del paciente que ha sufrido un ictus.

Según los representantes de la FEI: «La buena noticia es que el ictus se puede prevenir. Existen 10 factores que engloban casi el 90 % de riesgo del ictus, y estos factores pueden ser modificados.»

La OMS define el ictus como: fenómeno agudo que provoca una obstrucción e impide que la sangre fluya hacia el cerebro, siendo las causas más importantes una dieta poco saludable, la inactividad física y el consumo de tabaco y alcohol. El síntoma más frecuente es la pérdida de fuerza unilateral en brazos, piernas o cara. Otros síntomas son la aparición de entumecimiento en la cara, piernas o brazos, confusión, disartria, problemas visuales, mareos, perdida de equilibrio y coordinación, dolor intenso de cabeza de carácter ideopático y debilidad o pérdida de conciencia.

El Presidente del CGCFE, Miguel Villafaina, ha manifestado: «El informe The Burden of Stroke (El lastre del ictus), lanzado por la SAFE en mayo de 2017 en el Parlamento Europeo, demostró la importancia de las campañas educativas y de concienciación sobre los factores de riesgo a la hora de tener un accidente cerebrovascular, por lo que es necesario animar a la población a adoptar un estilo de vida saludable».

Según comenta Jesús Reyes Cano, Vocal del CGCFE: «La Fisioterapia propone ejercicios para trabajar la coordinación estática y dinámica, así como el equilibrio: ejercicios para recuperar y fortalecer la musculatura de la cara, trabajando la expresión gestual y el habla; ejercicios de motricidad fina y gruesa en las manos, aprendizaje de posturas correctas y de las trasferencias de posiciones, reeducación de la marcha, etc. entre muchos de los ejercicios recomendables para tratar esta enfermedad.»

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