Un curso de tatuaje garantiza la calidad de los nuevos tatuadores

Un mundo, hasta hace poco reservado sólo a marineros, marginados, soldados o indígenas, que ha despertado y se ha normalizado como un fenómeno artístico. A través de celebrities, quienes promueven con el propio uso del tatuaje, una costumbre que se remonta más de 3000 años y que muchas culturas han portado antes que nosotros. Las redes sociales, la televisión, los blogs o youtube, muestran cada día personas influyentes que llevan y muestran con orgullo sus nuevos tatuajes. Estamos asumiendo ya como algo positivo e identificativo una tradición milenaria, y lo llevamos a la práctica cada vez más. Se calcula que actualmente 1 de cada 3 jovenes llevan tatuajes.

Una idea más cercana y amigable de estos signos de identidad se traduce en el incremento de la aceptación del tatuaje en la sociedad. Asi mismo, de su actual popularidad social también se puede interpretar que está creciendo la demanda y por tanto se requiere de nueva oferta para satisfacer las necesidades del nuevo mercado. Aquí, es donde nace la necesidad de formar tatuadores profesionales que cumplan con rigor las cuestiones básicas de calidad sanitaria y artística.

Como en todos los campos laborales, la gente tiene el derecho y la opción de formarse y prepararse para desarrollar la profesión que le apasiona. Un curso de tatuaje en la que los profesores llevan más de 35 años en la profesión, es la forma idónea de que los nuevos artístas puedan aprender con garantías, supervisados por maestros del tatuaje que conocen perfectamente todos los entresijos y sobre todo las prácticas que uno no puede olvidar antes y después de un tatuaje, ya que estamos hablando de clavar agujas con tinta bajo la piel de otras personas.

Estos cursos de tatuaje, no pretenden crear artístas de la nada, ni hacer un tatuador en sólo 2 semanas, sino ofrecer las herramientas indispensables para comenzar la profesión con sentido y responsabilidad, tanto de forma artística como sanitaria. Si bien antes cada uno aprendía en casa o con algún conocido que quisiera enseñarle, ahora puedes hacer tu primer tatuaje despues de 60 horas de consejos, 40 horas de prácticas sobre piel sintética y con un profesor con mucha experiencia supervisando el trabajo durante el desarrollo del mismo. Así pues no venden talento, eso lo lleva cada uno en el interior, venden garantías en la iniciación del tatuaje.

Es imprescindible que los nuevos tatuadores tengan formación, ya que van a satisfacer la oferta ante la nueva demanda. Estás escuelas imparten con el curso de tatuaje el título higiénico sanitario, que es el requisito obligatorio que solicita sanidad de forma obligatoria para ejercer el tatuaje. En él, se certifica que los interesados cumplen unos conocimientos de salud e higiene en la aplicación del tatuaje. Algunas escuelas tienen homologado el curso higiénico sanitario a nivel nacional y europeo, para poder ejercer la profesión en toda la Unión Europea. En la actualidad se imparten cursos de tatuador en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla, Zaragoza y ahora también en Francia.

En cualquier caso, estos cursos certifican que las personas que el día de mañana nos van a clavar agujas en el cuerpo, lo hagan con conocimiento y respeto. Y ya que parece que el tatuaje va a convivir en nuestra sociedad de forma natural y masiva, que lo haga con calidad y sin incidentes que puedan dañar la salud. Si se hace con sabiduría, el tatuaje es una de las expresiones artísticas más especiales y personales que el ser humano puede conocer, ya que es una obra de arte para toda la vida pegada a nuestra piel y a nuestra historia.

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