Ayudas para la rehabilitación de edificios y eficiencia energética

Es una realidad que los edificios precisan estar en buen estado, cuestión que beneficia a los inquilinos y propietarios y al resto de la sociedad. Y, a pesar de la concienciación sobre este tema y el interés de aprovechar una rehabilitación por algún o algunos fallos y averías, más o menos graves, con la finalidad de añadir sistemas que conviertan el inmueble en un edificio sostenible, energéticamente hablando, todavía, queda un gran número de edificaciones antiguas pendientes de rehabilitación.

Concretamente, los que con mayor urgencia precisan obras de reformas, son aquellos inmuebles construidos en fechas anteriores al 2002, año en que se prohibió el uso del amianto como elemento de aislamiento térmico y acústico. Dicho material, está comprobado que es altamente nocivo para la salud de los que están en contacto con él.

Aunque desde este año se dejó de emplear, también es cierto, que queda un número todavía grande de edificios que lo contienen. Es responsabilidad de los propietarios, por su propio bien y el de todos, contactar con una empresa de rehabilitación de edificios que se ocupe de sustituirlo por otro material sin consecuencias negativas para la salud de las personas y del medioambiente.

En muchas ocasiones, no se toma la determinación de rehabilitar un edificio por el coste económico que puede suponer. Pero ¿no creen que la salud es mucho más importante? Además, hay subvenciones y ayudas que provienen de las instituciones pertinentes de cada comunidad autónoma. Para obtener dichas ayudas, necesitaremos cumplir con unos requisitos, solo tenemos que informarnos al respecto y tomar acción. Por otro lado, el dinero invertido en las rehabilitaciones de edificios, desgrava.

Por estos y otros motivos, ya sea que el edificio presente fallos en la fachada, la cubierta o, que entre sus elementos figure el amianto, nuestra responsabilidad y trabajo no es otro que contactar con una empresa de rehabilitaciones de edificios, pedir presupuesto y comenzar sin pérdida de tiempo, con las obras necesarias para un edificio sostenible y libre de averías y fallos que, si no se arreglan cuando comienzan a hacer aparición, con el tiempo precisarán unas soluciones mucho más complicadas y costosas. Por otro lado, un edificio sostenible minimiza los gastos mensuales de las viviendas. Una rehabilitación de edificios integral puede suponer un ahorro energético de hasta el 60%.

Un edificio sostenible es salud para todos y para el planeta y no queremos, en absoluto, dejar un legado tan poco generoso a las generaciones venideras.

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