COEGI: Charla sobre educación en neurobiología del dolor para pacientes con fibromialgia y/o dolor lumbar

Junto a la fisioterapeuta María Jiménez, presentarán una nueva forma de afrontar el dolor basada en la educación en neurobiología que ya está registrando casos de mejoría. “Muchas pacientes que han participado en nuestros grupos han dejado de cumplir criterios para poder ser diagnosticadas de fibromialgia y, desde luego, han mejorado mucho su calidad de vida”, aseguran.
Un total de 48.000 personas sufren fibromialgia en Euskadi, de las cuales el 85% son mujeres, según datos de 2017.

La sede del Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI) en San Sebastián acogerá mañana, jueves 7 de junio, a las 18,00 horas, una nueva charla-coloquio de su Espacio de Salud y Cuidados bajo el título: “Fibromialgia y dolor lumbar: Desde una nueva forma de entender el dolor”.

Según datos de 2017 aportados por la Unidad de Dolor Crónico y Fibromialgia de AMSA, un total de 48.000 personas sufren fibromialgia en Euskadi, de las cuales el 85% son mujeres de entre 30 y 50 años. La fibromialgia es un problema de salud neurológico que provoca dolor y sensibilidad generalizados, y sus síntomas principales son el cansancio extremo, las dificultades para dormir o los problemas de memoria. Pero además, pueden presentarse otros síntomas como trastornos del ánimo, angustia, dolor de cabeza, problemas digestivos, mareos, etc.

Los ponentes de la charla de mañana serán Iñaki Aguirrezabal, Médico de Familia del C.S. San Martín en Vitoria-Gasteiz, y María Jiménez, Fisioterapeuta y Terapeuta Ocupacional en la Clínica de Fisioterapia Asier Merino. En la charla, abierta al público hasta completar aforo, se abordará una nueva manera de afrontar el dolor basada en la educación en neurobiología.

Según explica Iñaki Aguirrezabal, “hoy sabemos que, aunque parezca contraintuitivo, el dolor no se origina allí donde lo sentimos, en la parte del cuerpo que nos duele, sino que se origina siempre en el cerebro. Cuando tenemos una lesión, lo que se origina en los tejidos es información de peligro. Esta información llega al cerebro, el cerebro la coteja con la información de la que dispone y toma la decisión de si tiene que poner dolor o no para proteger la zona desde donde llega la información nociceptiva. El título de ‘una nueva forma de entender el dolor’ de la charla que impartiremos, hace referencia a esta idea”.

El diagnóstico de la fibromialgia se realiza en base a los síntomas que presente el paciente, no existe ninguna prueba específica que pueda dar el diagnóstico. Por esta razón, es más difícil de diagnosticar y, según aclara Aguirrezabal, “no está bien reconocida a nivel social. El hecho de que las personas que la padecen no tengan ninguna alteración que se pueda ver o detectar con alguna prueba diagnóstica ha hecho que muchos profesionales sanitarios duden incluso de su existencia o la consideren un problema psiquiátrico. Esto ha hecho que muchas pacientes se hayan visto de alguna forma ‘maltratadas’ por el sistema sanitario”, apunta.

El especialista subraya además que la fibromialgia puede llegar a condicionar de forma absoluta la vida de las personas que la padecen y de las que conviven con ellas. “La condiciona en todos los ámbitos: el personal, el familiar, el laboral, el social… en muchos casos las pacientes terminan con trastornos de ansiedad o depresión, como consecuencia de ese sufrimiento durante años. Y también afecta a las personas que conviven con ellas, porque no es fácil vivir con alguien a quien quieres mientras ves que su sufrimiento apenas se alivia con los remedios de los que dispone”, asegura Aguirrezabal.

Educación en neurobiología del dolor
La fibromialgia se puede tratar mediante tratamientos no farmacológicos (ejercicio físico, terapias cognitivo-conductuales, mindfulness, acupuntura…), tratamientos farmacológicos (antidepresivos, anticonvulsivantes…), y también mediante propuestas como la del grupo de Iñaki Aguirrezabal.

Su propuesta se basa en tratar a los pacientes desde la educación en neurobiología del dolor. “Hacemos intervenciones que pueden ir acompañadas de ejercicios o movimientos. Se enseña a las pacientes conceptos básicos sobre el dolor, sobre los sistemas de defensa del organismo, la percepción, el sistema nociceptivo… Con este nuevo conocimiento se intenta que las pacientes vean su enfermedad desde una nueva perspectiva, llegando a entender cómo viviendo en un organismo razonablemente sano pueden tener tanto sufrimiento. Y desde esta nueva visión comenzar a experimentar cambios en su vida”, explica Aguirrezabal.

De momento, los resultados confirman la mejoría de estos pacientes. “Hablar de curación en un trastorno como la fibromialgia es complicado, pero sí podemos decir, que muchas pacientes que han participado en nuestros grupos han dejado de cumplir criterios para poder ser diagnosticadas de fibromialgia y, desde luego, han mejorado mucho su calidad de vida”, subraya el médico.

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