Los problemas renales elevan la creatinina por Natursan

La creatinina se perfila como un compuesto que es el resultado final del metabolismo e indica cómo están trabajando los riñones. Obtiene proteínas a través del sistema sanguíneo. Por ello, los problemas renales o musculares pueden elevar sus índices.

Se crea a través de los músculos y es un generador de energía. El metabolismo y los riñones determinan su funcionamiento diario. Así, sus valores pueden variar cada día. El metabolismo controla el proceso de desechos que se pierden por la orina.

De este modo, el aumento de los valores de creatinina es indicador de que los riñones o el aparato renal no están funcionando de manera adecuada.

La prueba que se emplea para determinar los niveles de creatinina es el análisis de sangre, que se repite pasados unos meses. El especialista valora también la dieta del paciente, otro factor de riesgo para que suba esta sustancia, así como si está tomando suplementos nutricionales o fármacos que puedan aumentar estos niveles.

Otros síntomas que indican un exceso de creatinina
Por un lado, se pueden encontrar alteraciones en la orina. Esta varía de color, que pasará de ser rosado a rojizo. Al mismo tiempo, aumenta la frecuencia de la micción o se experimenta dolor al orinar.

En el caso de que el aumento de la creatinina se deba a un daño renal grave, se puede observar espuma en la orina.

Por otra parte, la persona presenta fatiga y dolor de cabeza, así como náuseas, vómitos o falta de apetito. Los picores en la piel suelen ser frecuentes y se siente hinchazón en pies y manos. Además, se pierde peso sin razón aparente.

Causas añadidas para su aumento
Además de los problemas renales, la creatinina puede aumentar por patologías musculares: lesiones que provoquen la descomposición de las fibras musculares, distrofia muscular, entre otras.

Asimismo, un exceso de ejercicio físico puede ser causa de un desorden en la creatinina. Igualmente ocurre si la persona sufre alteraciones en las vías urinarias. Es el caso, por ejemplo, de cálculos en la vejiga, que impiden su correcta eliminación.

Cambios en la dieta para reducirla
Lo recomendable en pacientes que sufran de creatinina elevada es que transformen su ingesta diaria e incluyan alimentos y bebidas saludables.

En primer lugar, el paciente ha de llevar a rajatabla la recomendación de tomar al menos cinco piezas o raciones de frutas, verduras y hortalizas frescas.

En segundo término, ha de optar por alimentos diuréticos como la cebolla, los espárragos, la piña o las alcachofas.

Es aconsejable, por otro lado, que se beba la suficiente agua. El paciente ha de consultar con su médico la cantidad de líquido que puede beber, ya que las personas con enfermedad renal no pueden tomar muchos fluidos.

El consumo de proteínas, especialmente la carne roja, está contraindicado porque contiene creatina que, al cocinarla, se transforma en creatinina. En su lugar, se recomienda la carne blanca o magra como el pavo, el pollo, el conejo o los pescados blancos, que también aportan proteínas.

Se sugiere que la persona ingiera más fibra alimentaria. Esta no solo equilibra el sistema digestivo, sino también contribuye a reducir los niveles de creatinina.

Por otra parte, quedan exentos de la dieta los alimentos ricos en purinas como las legumbres, las vísceras, los embutidos, el marisco o el pescado azul.

Por último, la alimentación podrá complementarse con la ingesta de infusiones de determinadas plantas medicinales, cuyas propiedades ayudan a mejorar la función renal. Es el caso de la cola de caballo, la grama, el ginseng, el diente de león, la canela o la manzanilla. En todo momento, el paciente habrá de consultar la adecuación con la medicación que está tomando.

En definitiva, combinar una adecuada ingesta de líquidos con una alimentación específica, sana y equilibrada es sinónimo de un equilibrio en los niveles de creatinina.

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