La impresión de documentos en papel sigue al alza en España, afirma Temel

En los primeros años 2000, con la generalización del uso de herramientas digitales en las oficinas de todo el mundo, se llegó a pensar que el uso de papel impreso en el entorno laboral se reduciría al mínimo o, incluso, llegaría a desaparecer. La impresión estaba en jaque. Casi 20 años después, esto no sólo no es así sino que el sector goza de buena salud y amplia implantación en nuestro país.

Según las estadísticas de consumo que realiza la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), el consumo de papel en España se situó, en 2016, en más de 6,6 millones de toneladas, un 5,6% más respecto al anterior ejercicio. El récord histórico, de 2006, fueron 7,9 millones de toneladas. Y es que hay entornos profesionales en los que, por mucho que avance la tecnología, los usuarios seguirán necesitando papel afirma Temel, empresa líder de la impresión y gestión documental en España. De hecho, la misma asociación indica que el 22% del papel que se consume en nuestro país está destinado a actividades gráficas (edición, escritura, reprografía, etc.). Si a esto se le suman las necesidades de digitalizar información, el resultado es que las fotocopiadoras van a seguir ocupando un lugar central en la vida de las empresas. Y también en otros entornos.

Es el caso de los estudiantes. Son muchas las investigaciones que confirman que leer en papel, frente al formato electrónico, favorece el recuerdo de lo leído y también la concentración. Según el trabajo de una investigadora de la American University, de Washington, el 92% de los alumnos consultados señalaban que se concentraban mejor cuando estudiaban en textos impresos. Esto se relaciona directamente con los trabajos de la neurocientífica Maryanne Wolf, que indican que el rendimiento mejora con la lectura en papel, ya que el cerebro obtiene un contexto que le es muy útil para fijar la información leída: el tacto del papel, la forma física de lo que se lee (libro, apuntes, tapa dura, blanda, etc.), la cantidad de páginas leídas y por leer… Pero, además de imprimir, los estudiantes también digitalizan sus escritos y trabajos para poder compartirlos.

Las Administraciones Públicas son otros de los actores para los que el papel sigue siendo fundamental, a pesar de que en los últimos tiempos muchos trámites se realizan de forma digital. Muchos de los procesos que se realizan en la Administración, como las inscripciones en el Registro Civil, trámites en el padrón municipal, las solicitudes de según qué subvenciones o el registro de propiedades, quedan registrados en archivos físicos en formato papel. Por no hablar de los juzgados, donde, por un lado, se están implementando planes para digitalizar la administración de justicia, pero mientras el proceso se perfecciona, siguen consumiendo papel en grandes cantidades para poder hacer frente a todos los trámites que deben cubrir. Es el caso, por ejemplo, de las unidades judiciales de Instrucción, Penal, Instancia, Mercantil,

Contencioso-administrativo y Social de A Coruña, donde, desde 2013, el consumo de papel ha crecido un 266%.

Otro sector inseparable de los trabajos de impresión documental es el de las agencias de diseño gráfico. Aunque desde hace años, prácticamente todo el trabajo de diseño se realiza con programas informáticos, todavía hay procesos que, por la mayor fiabilidad del papel a la hora de reproducir colores, se desarrollan “a la antigua”. Es el caso de las presentaciones de producto a cliente, donde se necesitan impresoras de alta calidad que afinen al máximo los detalles y los colores; las pruebas de impresión de diversos materiales (desde libros hasta vallas publicitarias), último paso antes de entrar en imprenta y que se utilizan para el visto bueno del cliente; o maquetas de producto, que reproducen en tres dimensiones los diseños para facilitar los trabajos de corrección y mejora. Además, todavía hay profesionales, de corte más artístico, que siguen diseñando sus bocetos de forma tradicional en sus estudios, lo que implica una necesidad de digitalización en alta calidad posterior al trabajo de diseño.

Fuente: Periodistas Reunidos

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