El proceso para internacionalizar una empresa es sencillo siguiendo los pasos propuestos por Quabbala

En un mundo cada vez más globalizado, es habitual que aumenten las empresas que tratan de internacionalizarse y expandir sus negocios más allá de las fronteras de su lugar de origen. Este proceso implica una serie de ventajas directas para la empresa, ya sea mediante la exportación de productos o por la oferta de servicios, y entre dichas ventajas la más importante es el crecimiento empresarial y el aumento de beneficios. Además, abrirse al mercado internacional tiene otras muchas ventajas tanto para la empresa, como para el empresario y los propios trabajadores.

Para llegar a internacionalizar correctamente una empresa y conseguir el éxito en el proceso, es necesario seguir una serie de pasos muy concretos. Desde la web especializada en relaciones internacionales, Quabbala, ofrecen los mejores consejos para que el camino a la internacionalización sea firme y seguro.

Pasos para internacionalizar una empresa

Una empresa que quiera llegar al mercado internacional deberá seguir algunos pasos que darán comienzo mucho antes de la propia expansión. De otro modo, la precipitación hará que el capital invertido desaparezca sin los resultados esperados.

Analizar el mercado internacional

El primer punto antes de pensar en internacionalizar la empresa es analizar el mercado internacional y las posibilidades de que el negocio concreto funcione. Esto quiere decir que es necesario estudiar la posible competencia, y también conocer los hábitos de consumo de las personas de otros países en lo referente al producto o servicio que se ofrecería.

Estudiar la viabilidad del proyecto

Llevar a una empresa al mercado global implica una inversión necesaria que va más allá de contar con un buen producto o servicio. Habrá que crear infraestructura y nuevos puestos de trabajo, para lo que es imprescindible contar con un capital inicial adecuado. Es imprescindible tener un plan de negocio que determine las necesidades de financiación, no sólo de inversiones, sino también de la financiación de las pérdidas que probablemente se generarán en los primeros años de explotación del negocio. Por tanto, el plan de negocio debe permitir determinar, con cierta certeza, las necesidades de capital por inversiones y financiación de las pérdidas. Con una perspectiva de unos cinco años, en los que los tres primeros deben estar todo lo determinados que sea posible, mientras que en el primer año es un presupuesto anual, más que un plan de negocio. La viabilidad económica del proyecto es clave para que pueda llevarse a cabo, si no, debería desecharse la idea antes de poner en riesgo todo el negocio.

Definir los objetivos

Otra cosa que hay que tener muy clara son los objetivos que se esperan conseguir con la ampliación internacional, y que deben ser realistas a corto y largo plazo. Nunca hay que perder la ambición, pero marcar unos objetivos demasiado elevados puede llevar a la frustración del empresario y de todo el equipo por no conseguirlos en el tiempo propuesto.

Planificación del proceso

La planificación del proceso hace referencia a las acciones concretas a llevar a cabo y marcar fechas en el calendario. Algunas de estas acciones tendrán que ver con la infraestructura, con la forma de exportar e importar los productos, los canales de distribución, las relaciones comerciales, etc.

Emprender cuanto antes

El paso final es materializar las ideas y no dejar que el proceso se alargue en el tiempo. Sobre todo, es importante saber aprovechar las oportunidades en cada momento y tener ilusión por el proyecto. En la actualidad es fácil tenerlo todo a favor para poder internacionalizar una empresa, así que solo hay que proponérselo y no tener miedo al fracaso.

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