La importancia de la revisión postvacacional del vehículo según GARANTIPLUS

Es comúnmente sabido que todos los vehículos requieren de una revisión antes de ser usados como medio de locomoción para las vacaciones de verano. El periodo pre-estival es un momento recurrente en el que los propietarios acercan su vehículo al taller de confianza de turno para hacer la puesta a punto.

En cambio, tras el periodo vacacional, esta costumbre entre los españoles no es tan común. Tras el uso reiterado del vehículo se necesita un chequeo igual de meticuloso que el que se produce antes de salir de viaje. En muchas ocasiones, los coches han sufrido pesos al límite de sus posibilidades, carreteras secundarias mal asfaltadas, gasto de ruedas, aceite y líquidos varios, y un largo etcétera de inconvenientes que han podido afectar tanto a la carrocería del coche como a su mecánica. En lugares de playa lo más habitual es que la sal y la arena hayan podido causar el deterioro de algunos componentes, para lo cual sería bueno ejecutar una correcta limpieza tanto por fuera como por dentro (a nivel mecánico) del vehículo. Los líquidos también necesitan ser repuestos.

El control del líquido refrigerante es fundamental para evitar que el coche literalmente salga ardiendo; los líquidos de frenos, lubricantes y el aceite del motor también deben pasar por una revisión. En el caso de las ruedas es muy importante vigilar su dibujo, ya que es posible que tras largos desplazamientos se hayan desgastado.

En este caso no se trata solo de seguridad, que es el aspecto más importante, sino también evitar multas dolorosas tras los gastos vacacionales. Cada vez son más los controles de la Guardia Civil de Tráfico para vigilar que los neumáticos se encuentran en un estado adecuado para rodar. Lo cierto es que el conductor español es reacio a realizar este tipo de controles después del periodo estival, debido a que suponen un coste añadido al desembolso ya realizado durante las vacaciones. Prefiere no ahorrar en su ocio veraniego, y retrasar esta cuestión hasta los puentes de noviembre, diciembre o incluso navidades.

Estos meses en los que se circula sin haber realizado una correcta revisión del vehículo suponen un peligro añadido dado que coinciden con el periodo del año en el que peor climatología se encuentra a la hora de circular, con lluvia, viento, hielo y nieve; multiplicando así el riesgo de padecer un grave accidente. Cabe recordar que una parte importante de los accidentes que se producen al volante se dan lugar en desplazamientos cortos, como puede ser de casa a la oficina. También en fines de semana, muchos por motivos ajenos al estado del vehículo, siendo achacados más bien a situaciones de estados de embriaguez o consumo de drogas.

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