Tratamiento y Enfermedades recuerda el papel "fundamental" de las familias para normalizar el autismo

El autismo es uno de los trastornos mentales más extendidas entre los niños, junto al síndrome de Asperger y los trastornos de desarrollo, que se enmarcan en los trastornos del espectro autista (TEA).

Este trastorno afecta de lleno, no solo al niño que la padece sino a la familia que le rodea, que es la que se encarga de los cuidados específicos que requiere un niño con estas características. Los especialistas consideran que el impacto en la familia es muy fuerte, a niveles emocional, cultural y económico.

En muchas ocasiones, el círculo que rodea al niño con autismo no puede acceder a la ayuda de servicios profesionales, bien por desconocimiento o bien por falta de recursos económicos.

Los aspectos inherentes al cuidado de personas con autismo siempre conllevan cuestiones especiales, tales como la frustración por no saber responder a sus necesidades, la necesidad de centros de educación especial, el aspecto económico que supone la consulta de distintos especialistas, los medicamentos para tratar sus síntomas, la compleja relación con sus hermanos o la relación conyugal entre los padres, en la que incide un alto nivel de divorcios.

Lo cierto es que contar con un miembro de la familia con autismo supone ciertas preocupaciones en el entorno, que puede llevar a tensiones en momentos críticos, como el diagnóstico, los años escolares o la adolescencia.

Una vez superados, las familias juegan un papel fundamental en la lucha por la normalización de los espectros autistas, con numerosos actos y campañas destinados a una mayor concienciación de este trastorno.

Las familias piden mayor apoyo de las Administraciones
Existen muchos casos de inaccesibilidad a los recursos de sanidad para el cuidado de un niño con autismo y, en este sentido, las asociaciones y las familias que de personas con trastornos del espectro autista consideran que los distintos organismos regionales no tienen un criterio uniforme para la remisión de los pacientes entre las distintas especialidades de la salud.

Por ello, buscan un mayor apoyo e igualdad en los criterios con los que se trata cada caso de trastorno de espectro autista que, recuerdan, son muy diferentes de una persona a otra.

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