Jornada del COEGI sobre gestión de situaciones violentas y conflictos relacionales en entornos sanitarios

El Palacio Miramar de San Sebastián acogerá mañana, jueves, una jornada profesional en formato taller bajo el título “Gestión de situaciones violentas y conflictos relacionales”, organizada por el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa (COEGI) dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU.

Desde el COEGI recuerdan que, tanto el personal sanitario como otros profesionales, padecen agresiones en su día a día provocando una carga emocional y de estrés. “Nuestro Colegio quiere dar respuesta a esta problemática facilitando al profesional herramientas para saber cómo gestionar estas situaciones. Para ello –explica Pilar Lecuona, presidenta del COEGI-, hemos organizado este taller con un enfoque práctico, en el que se aportarán herramientas para gestionar situaciones de conflicto, estrés y violencia que contribuyan, además a mejorar la calidad de vida de los asistentes”.

El Observatorio Nacional de Agresiones a Enfermeras y Enfermeros del Consejo General de Enfermería registró el pasado año 1.469 agresiones. Por comunidades autónomas, Andalucía fue la que registró un mayor número con 373, seguida de País Vasco, 184; y Castilla-La Mancha, con 145. La tipología de la agresión sigue siendo fundamentalmente verbal, en más de un 70% de los casos, mientras que la agresión física está en torno a un 30%. Por vía penal lo que se denuncia es la agresión física, pero son muchas más las que se sufren a nivel verbal y afectan psicológicamente de una forma muy importante al profesional.

La presidenta del COEGI subraya que “estos datos son sólo la punta del iceberg. Sabemos que, cada día, se producen muchas más agresiones a enfermeras de las que no tenemos constancia porque, en el caso de las agresiones verbales en forma de amenazas o insultos, no suelen ser denunciadas. Por eso, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa insistimos en que se denuncien este tipo de situaciones ante las autoridades competentes”, y recuerda que las enfermeras guipuzcoanas cuentan con la Asesoría Jurídica de su Colegio para prestarles todo su soporte, asesoramiento y apoyo.

Lecuona recuerda además que la denuncia es especialmente relevante, ya que cualquier tipo de agresión al profesional es un accidente de trabajo y, si a consecuencia de la agresión sufrida se produce un problema de salud, tendría la consideración de enfermedad profesional.

El Observatorio del Consejo General de Enfermería cuenta con un sistema de comunicación y registro de agresiones unificado de modo que todos los enfermeros españoles puedan comunicar su agresión de forma fácil y a través de un formulario. El documento de registro de agresiones se puede rellenar de manera sencilla en la web el CGE a través del siguiente enlace: http://www.consejogeneralenfermeria.org/observatorio-agresiones.

“Si no quieres que te acosen, cambia”

El taller de mañana, de cinco horas de duración será impartido por Ángel Cárcar Muerza. Experto en Programación Neuro-Lingüística, Hipnosis, Inteligencia Emocional, Inteligencia Relacional, Coach Personal y Empresarial, especializado en Coaching Sistémico u Organizacional.

En su opinión, los profesionales que trabajan con el dolor y el sufrimiento, deben estar entrenados para relacionarse con muchísima empatía y comprensión. “El papel que juegan es crucial. Desgraciadamente, esto que acabo de decir se les dice una y mil veces en su formación, pero o no se les dice lo suficiente ni se les entrena para lograrlo o, los métodos que se les entregan para alcanzar ese objetivo son tan pésimos, que quedan literalmente ‘mutilados’ en esa habilidad”, explica.

En este sentido, Ángel Carcar subraya que ante cualquier agresión (relacional, comunicacional) ”hemos aprendido y se nos enseñó muy vivencialmente en la infancia a reaccionar básicamente de dos formas posibles: enfrentando o huyendo. Y esto está muy arraigado culturalmente. Tan asumido, que parece que no hubiese otra forma. Si me atacan: me defiendo, me escapo…”.

Frente a ello, Ángel Carcar explica que “hay algo más, algo nuevo que podemos hacer ante una agresión, distinto a lo que estamos acostumbrados, y también distinto a lo que todo agresor espera de nuestra reacción. Se trata de cambiar. “Necesitamos aprender a volar junto a cualquier ser humano sea cual sea su conducta: agresiva, pacífica, alegre, triste, miedosa, etc. La tan prodigada, extendida y cacareada estrategia de esperar y exigir que ‘el otro’ cambie, solo conduce a perpetuar lo que está ocurriendo: que siempre hay alguien agrediendo a alguien: con el balance inequívoco de agresor y víctima”.

“Hay otra forma –añade-. Y requiere aprendizaje. Se requiere entrenamiento para poder cambiar el modelo de pensamiento-acción-sentimiento. Es todo un cambio de paradigma. Si quieres cambiar el mundo que te rodea –agresores incluidos–, estás abocado/a a cambiar tú”, concluye.//

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