Mapanda se une a la campaña de seguridad infantil para este verano

Con la llegada del verano, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil lanza una campaña con el fin de aumentar la seguridad de los niños en la playa o piscina y evitar el riesgo que estos espacios pueden causar en los más pequeños si no están bien vigilados y protegidos.

Es por ello que Mapanda se une a esta campaña de concienciación que, además, la asociación nacional está dando a conocer a través de las Redes Sociales con el hashtag #OjoPequealAgua con el fin de que todos participen y aporten más consejos y recomendaciones para padres y adultos en general. ¡Todo es poco para mantener la seguridad de los más pequeños este verano en playas y piscinas!

Vigilancia continua, nunca solos
Es importante no permitir que el niño vaya solo al agua y no hay que quitarle la vista de encima. Mantener una vigilancia continua, nombrar responsables de vigilancia y establecer turnos entre los distintos adultos.

Seguir la norma 10/20
Esto quiere decir, mirar la piscina cada 10 segundos y estar a una distancia del agua de menos de 20. Según explica la Asociación Nacional de Seguridad Infantil en su decálogo, siempre se debe tener al niño a una distancia que se pueda alcanzar con el brazo.

Educación
Desde que son pequeños se debe enseñar a los niños los cuidados y recomendaciones que se deben seguir en las playas y piscinas para evitar males mayores. Enseñarlos a flotar y nadar desde edades bien tempranas es una buena opción, si no saben, se puede optar por el uso de chalecos, nunca flotadores ni manguitos.

Alimentación e hidratación
Al igual que los adultos, los niños deben evitar las comidas copiosas y optar por bebidas como agua fresca y zumos de fruta natural.

Cuidado con los cambios bruscos de temperaturas
La hidrocución, más conocida popularmente como corte de digestión, se produce principalmente por el contacto brusco con el agua muy fría, principalmente si se ha estado previamente mucho tiempo bajo el sol, si la temperatura exterior es muy elevada, tras realizar algún tipo de deporte o ejercicio que ha ocasionado exceso de sudoración o si se ha hecho una comida copiosa. Al agua siempre debe adentrarse poco a poco, mojándose previamente cintura, muñecas, axilas y cuello.

No a los saltos
Evitar que los niños se tiren de cabeza al mar o la piscina es fundamental. Más aún desde rocas o desde ciertas alturas peligrosas. Estas actividades pueden ocasionar hidrocución por el contacto brusco con el agua fría e incluso posibles lesiones medulares irreversibles.

Servicio de socorrismo
Siempre que se vaya a una piscina o playa hay que localizar dónde se encuentra el servicio de socorrismo y sanitarios. Aconsejar siempre a los hijos que en caso de perderse o cualquier otra situación de urgencia debe acudir a ellos. Es interesante que, desde que son pequeños, conozcan la figura del socorrista y de los servicios de emergencia o sanitarios como Protección Civil y Cruz Roja que se encuentran en las playas.

Respetar las banderas
Puede parecer una obviedad pero muchos aun olvidan el significado y la importancia del color de las banderas en las playas. Verde está permitido el baño; amarilla con precaución y roja totalmente prohibido el baño. La seguridad es fundamental para que un día de playa se convierta en un disfrute y no es una desgracia.

Protección solar
No solo al agua, sino también a los rayos ultravioletas. La piel de los más pequeños es mucho más sensible y delicada por lo que se deben intensificar las medidas de seguridad. Según los expertos, los niños menores de 6 meses no deben exponerse a los rayos del sol, además de usar cremas protectoras certificadas y especialmente las de venta en farmacias o parafarmacias. Los niños suelen bañarse más a menudo, recuerda echarles protección cada 20 o 30 minutos o cada vez que salgan del agua.

Ropa ligera y fresca
La ropa puede ser también un estupendo protector para la piel de los más pequeños. Optar siempre por prendas ligeras y frescas como los petos o culottes, además de sombreros o pamelas que no solo les protegerá la piel del rostro sino también sus ojos de los reflejos del sol sobre la arena o el mar.

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