'¡Llévame contigo a Afganistán!' deLorenzo Chaparro atrapa con su ingenio y agilidad narrativa

El autor madrileño Lorenzo Chaparro impresiona con esta nueva entrega de relatos humorísticos superándose a sí mismo tras la publicación de sus tres obras anteriores: Robertson Crusoe sale del armario, 20 cuentos absurdos y un adiós desesperado y YouTo be or not YouTo be. Esta vez ofrece al lector ¡Llévame contigo a Afganistán! que ve la luz a cargo de la editorial Mirahadas.

Con escenas llenas de contraste entre la risa y las coincidencias pintorescas, los dieciséis relatos que forman el libro abarcan temáticas de distinta índole. En otras palabras, se trata de una serie de encuentros inesperados, situaciones embarazosas, sucesos repentinos y anécdotas que parecen un sketch para enganchar al lector entre sus páginas.

 

«Lo verdaderamente meritorio es idear una situación, crear una historia, unos personajes, darles vida y contar algo que despierte el interés en un hipotético lector».

 

El lector se verá inmerso en historias dispares que le llevarán a cuestionarse las escenas corrientes como algo de lo que sacar provecho para arrancarle una sonrisa. Porque Lorenzo Chaparro experimenta con los límites del humor absurdo en su contexto más cotidiano.

 

«Aunque algunas historias sí pueden llegar a reflejar escenas cotidianas, siempre procuro dar un toque absurdo que los aleje precisamente de eso, sin llegar a la exageración. Porque de lo contrario caeríamos en el disparate».

 

Las ocurrencias del autor, llenas de agudeza y surrealismo, hacen de sus relatos historias muy deleitables y placenteras para el espíritu. ¿Acaso no busca el lector el entretenimiento y, al mismo tiempo, la evasión y el aprendizaje? En ¡Llévame contigo a Afganistán! se encuentran todos estos ingredientes.

Y no solo eso. Además, el escritor refleja en su narrativa algunas de sus influencias más notorias.

Inspirado por el séptimo arte, Lorenzo Chaparro logra trasladar al lector, con su prosa, en un aura muy visual que atrapa y remueve. Un escritor lleno de talento para hacer reír que bebe de los grandes cómicos audiovisuales sin caer en el exceso. Él mismo en una entrevista señala:

«Yo diría que mis referencias están más en el cine que en la literatura. Lubitsch, Wilder, Tati, Berlanga, Keaton… son solo algunos de los muchos directores que han moldeado mi sentido del humor, y por lo tanto están presentes, en mayor o menor grado en mis historias».

 

Su estilo directo, conciso y espontáneo, junto con los elementos sorpresivos que tienen lugar en todas las escenas, hacen de este libro una conjunción de factores que armonizan cada una de sus narraciones. Estas tienen todo lo que se espera de un buen relato: condensan a la perfección el mensaje que el autor quiere transmitir y logran generar unos finales redondos.

Un lenguaje fluido, enérgico y cuidado es lo que se encontrará el lector en ¡Llévame contigo a Aganistán! donde la agudeza destaca por su sutileza, porque el humor inteligente no necesita ser explicado.

 

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