Íñigo Navarro Dávila : «Es útil pensar que hay algo por encima de ti que espera que hagas algo»

Nacido en 1977 en Madrid, la obra plástica de Íñigo Navarro Dávila se ha convertido en una de las más importantes de España. Utilizando la doble código y la metáfora, la obra conceptual del artista madrileño sorprende a propios y extraños.

Inicios
La familia de Íñigo Navarro Dávila le indujo a admirar la cultura desde muy joven y tardó 10 años en formar su propia técnica por la que el artista ha recibido reconocimientos como el premio a la XI bienal Ciudad de Albacete con la que Navarro Dávila se alzó como ganador en el año 2014.

Tras cursar los tres primeros años de Matemáticas en la Universidad Autónoma, decidió cambiar sus estudios y se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense.

En el año 2003 consiguió la beca de paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta y en el 2004 participó en la beca dirigida por Juan Genovés.

Navarro Dávila ha participado en varias exposiciones colectivas internacionales como; The Art League at the Torpydo Factory ( Alejandría, Estados Unidos) Primer Salón Internacional de Arte “Al Paso” en Bogotá (Colombia), La Casa do Brazil (Madrid), Galería Arnau (Barcelona), Palacio de Saldaña y la facultad de Bellas Artes en Madrid.

Técnica
En su proceso creativo, Íñigo Navarro Dávila se describe como “una pantera agazapada esperando que ocurra el accidente que rompa sus esquemas”. Pero existe una planificación en su obra Cada pieza requiere un análisis posterior “para entender qué ha controlado el artista y hasta dónde ha llegado”. Para Navarro Dávila la técnica es clave. Y no existe arte sin control”.

Según el crítico de arte Oscar Alonso Molina, Íñigo Navarro Dávila ve las cosas que pinta, para el son “presencias reales” que paralizan al artista, ofreciéndole a cambio una imagen completa de lo que luego la pintura se convertirá en pieles grasas, textura tangible y encarnaciones.

La pintura de Íñigo Navarro Dávila se identifica con escenas donde se cuelan personajes clásicos en un juego en el que se muestra la, a veces, complicada relación del hombre con la naturaleza. Por otro lado, en sus cuadros monumentales se puede admirar la más sublime fantasía, la fuerza de color y los místicos en el que aparecen personajes que conviven magistralmente con el pasado y el presente, reflejando realidades ocultas de nuestro tiempo. En numerosas ocasiones, Navarro Dávila completa sus obras con textos hilarantes que conducen al espectador a un mundo de simulacros donde se apropia de la realidad y se regocija con las apariencias.

El artista reivindica la oportunidad de pelear contra el mercado. “ hay que hacer obra de calidad que es la que al final convierte en eternos a los artistas”.

La obra de Iñigo Navarro Dávila está llamando la atención de reputadas galerías y coleccionista de arte de todo el mundo que han mostrado gran interés por el pintor.

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