GTD – Getting Things Done

La productividad es un factor de gran importancia en la vida, tanto en el ámbito laboral, como personal. Por lo tanto, es de suma utilidad aplicar técnicas que puedan influir positivamente en el cumplimiento de tareas. Ciertamente, existen muchos métodos y técnicas; sin embargo, una de las alternativas más destacadas y con mayor índice de efectividad, es el método GTD – Getting Things Done.

Qué es el GTD: Lo que debe saber sobre Getting Things Done

En el ámbito de productividad y gestión de tiempo, son muchas las estrategias que pueden hallarse; sin embargo, una de las más interesantes es el GTD, también conocido como Getting Things Done, y traducido al español como Organízate con Eficacia.

Se trata de un método diseñado por David Allen, un instructor de productividad de origen estadounidense; quien en su libro Getting Things Done: The Art of Stress-Free Productivity, describe todo acerca de dicho método y también dicta cuáles son los consejos para aplicarlo.

Ahora bien, para comprender mejor de qué trata este método, es necesario aclarar que busca funcionar como una herramienta para organizar tareas y actividades pendientes. En este sentido, el primer consejo que se describe, es volcar cada pensamiento relacionado a tareas pendientes en un espacio, el cual será denominado bandeja de entrada.

Asimismo, en la bandeja de entrada deberán describirse otros factores, como el tiempo que se requiere para la tarea, la categoría a la que pertenece, el tiempo límite que existe para culminarla, entre otros.

Principios básicos para añadir el GTD a tu vida

Para aplicar GTD a tu vida, es necesario conocer que existen ciertos puntos básicos que se deben cumplir; claramente, puede ser complicado al principio, sin embargo, los resultados que pueden obtenerse valen la pena. Ahora bien, si quieres saber cómo implementar GTD, vale la pena que analices los puntos clave para lograrlo, son:

Recopilar: Todo lo que se tenga pendiente deberá destinarse a la bandeja de entrada, así es como se logrará evitar el estrés y presión, ya que los pendientes estarán volcados en otro lugar y no en la mente. Procesar: Este punto hace referencia a comenzar a ocuparse de las tareas pendientes, de esta manera dejarán de ser tareas y se transformarán en acciones. Organizar: Para lograrlo se debe aplicar el esquema de GTD – Getting Things Done; asimismo, también es necesario distribuir las tareas en base a su categoría y los objetivos con los que estas se relacionan. Revisar: Luego de haber tomado las decisiones en torno a lo que se hará con cada tarea, es necesario realizar evaluaciones o revisiones sobre las mismas. Hacer: Se trata del último paso, siendo el más importante, así como también el motivo por el que se han llevado a cabo todos los anteriores: culminar cada una de las acciones y tareas pendientes.

A diferencia de otros métodos de gestión de tiempo y procesos, el GTD es una de las alternativas más simples que se pueden emplear; es por ello que, vale la pena analizar cómo funciona este sistema e intentar aplicarlo.

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