El Clúster reivindica el estudio y la defensa del patrimonio arqueológico subacuático español

Bajo el título “La historia sumergida y la arqueología subacuática en España. Un legado y un reto”, el Clúster Marítimo Español (CME) celebra una nueva jornada online, de la mano del socio Clúster Marítimo Marino de Andalucía (CMMA), que puso de manifiesto la importancia y riqueza del patrimonio arqueológico subacuático español. En este sentido, el presidente de honor del CME apuntó durante la presentación de esta jornada que, pese a contar con un Plan Nacional de Arqueología Subacuática impulsado por los ministerios de Cultura y Defensa; y un Plan de Acción para proteger el mar de soberanía española por parte de la Armada y la Guardia Civil, España no termina de potenciar la industria alrededor de esta actividad oceanográfica. Actividad que cuenta con una gran riqueza, poco valorada e injustamente olvidada, tal y como apuntó el jefe de cultura del diario ABC, Jesús Calero, durante su intervención. Calero, que procuró poner en valor este patrimonio cultural español afirmó que “si la Península Ibérica fuera una isla, el mar explicaría toda nuestra historia. Somos una península, así que el mar explica casi toda nuestra historia. Un mar que sirvió de causa y efecto para las antiguas civilizaciones y que sirvió para hacer de España un lugar estratégico y de mucha potencia”.

Repaso histórico
Según Calero, una vez que llega el Neolítico, se producen avances en la civilización. Avances que acontecieron por el mar, a través de la construcción de pequeñas naves que transcurrían por el Mediterráneo, generaciones aprendiendo de rutas, de las corrientes, etc. Hazañas de las que no hay un relato escrito positivo, y cicatrices de las que no quedan constancia, a diferencia de lo que ocurre en tierra.

Con el auge de la navegación como medio para la llegada del mercado y la competencia, la posición de la Península Ibérica permitía que todos aquellos juegos estratégicos y geopolíticos tuvieran capítulos hispánicos muy importantes. Con la victoria de Roma, el Mediterráneo se convierte en un mar en el que se consolidan las rutas y los comercios específicos sobre el mar.

Tal y como indicó Calero, el año 1942 se convirtió en una fecha muy señalada, ya que, entre otros hechos relevantes, se produce el descubrimiento de América. Este cambia para siempre la historia de España, pues Colón descubre un continente que rompe límites, encontrándose con tierras y gentes que no están en el relato bíblico.

Otro hito importante reseñado por Calero durante su ponencia fue la fundación de la Casa de la Contratación por parte del rey Fernando. Una gran máquina que rigió la exploración del mundo desde Sevilla, convirtiéndola en la capital científica y viajera del mundo. Así, en secreto, se van juntando las piezas de un mundo que no se conocía, reuniendo información sobre nuevos conocimientos y controlándose férreamente las personas y mercancías que podían viajar.

Para 1520 se da la vuelta al mundo, y en 1550 se produce una mayor de difusión del conocimiento con la aparición de universidades y de la figura de los misioneros, que se ocupan de difundir las lenguas indígenas. Todo esto se hace con barcos explicó el periodista de ABC. En este sentido, se produce un intercambio de productos, pero también de cultura, que provoca un cambio radical en la sociedad española. “Ese camino que se inicia en Sevilla, cambió la historia del mundo y permitió que se desarrollasen otros senderos hacia el siglo de las luces. Todo eso fue dejando cicatrices en el fondo de los mares del mundo. Cuando un barco se hunde, se hunde una civilización, ya que este comporta toda una jerarquía, enseres, etc”.

De la misma forma, Calero apuntó que, a pesar de contar con testimonios escritos, falta el testimonio mítico, perdido debido a que la ciencia era secreta. “Hemos olvidado esa historia y no podemos rendirnos, hay que contarla. Nos falta estudiar los barcos que hicieron todo esto posible. Es algo que nadie sabe explicar”.

Arqueología subacuática
Posteriormente, tomó la palabra Javier Noriega, presidente del CMMA, que en sintonía con el periodista, expuso la importancia de España como enclave, en el que confluyen diversos mares y patrimonio cultural. “Somos un país rico en mares, en culturas, encrucijada geográfica, y lo que tenemos en tierra lo tenemos en nuestra huella submarina, haciéndonos un lugar privilegiado en la historia, en la geografía y como potencia marítima internacional”, comentó Noriega. En este sentido, quiso recalcar la importancia de la existencia de un método científico que permita a los arqueólogos contar con una hipótesis de trabajo sólida, posibilitando indagar en detalles y hablar del proceso marino cuando se trate de arqueología submarina.

De esta forma, hizo hincapié en que existe toda una generación de arqueólogos muy bien formados para trabajar en arqueología submarina como ciencia, pero que en España esta se queda huérfana, dado que son muy pocas las excavaciones que se llevan a cabo anualmente. “Los trabajos que se han realizado hablan de la capacidad y de la importancia que tiene la ciencia entre la batalla de la arqueología submarina y los caza tesoros. Es un mundo apasionante, donde la realidad siempre supera a la ficción. Hay capacidad, personal, talento y muchos proyectos, lo que hace falta es interés por dar a conocer lo que otros países han hecho”, puntualizó.

Retos futuros
Para concluir, ambos ponentes coincidieron en la existencia de tres retos fundamentales a la hora de desarrollar la arqueología submarina. El primero de ellos es la necesidad de que haya un proyecto sobre un barco de época moderna, que involucre a varios países y que estos puedan aportar también sus visiones. El segundo es la importancia de que la arqueología subacuática tenga una excavación sistemática, que no se hable de hallazgos casuales, sino de trabajos donde haya una base científica, publicaciones de rigor a la hora de hablar sobre el desarrollo del mismo, y donde muchos arqueólogos establezcan la metodología en la que se puntualicen cuestiones importantes mediante ejemplos. Siguiendo esta idea, los ponentes indicaron como algo necesario la puesta en valor de estos trabajos, su difusión en museos, contenidos multimedia, etc.

Por último, como tercer reto, señalaron el abordaje del mundo de los caza tesoros y la comercialización, indicando que siempre debe estar presente una mente científica que esté dispuesta a arrojar conocimiento y no oscuridad a los objetos del pasado. Por ello, consideraron fundamental la cooperación científica.

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