Siete razones por las que comprar una segunda residencia antes de que acabe el 2020

Las Navidades ya están aquí, pero las restricciones de horarios, movilidad geográfica, así como el confinamiento por zonas sanitarias, siguen condicionando el día a día. Ante esta coyuntura, el mercado inmobiliario se ha ido adaptando a las nuevas necesidades y demandas, que apuntan como nuevas tendencias en el sector. Los posibles compradores acuden al mercado buscando espacios amplios, zonas al aire libre y otras comodidades que no son fáciles de encontrar en las viviendas de las grandes ciudades, al menos a precios asequibles.

Este panorama ha hecho que muchas personas comiencen a pensar en escenarios alternativos donde vivir o pasar su tiempo libre, valorando las ventajas que podría ofrecerles una segunda residencia frente a su hogar habitual en las grandes ciudades, ya no solo en el corto-medio plazo sino también como inversión a largo plazo. Entre ellas, una mayor amplitud, espacios exteriores, o su ubicación en zonas menos pobladas, lo que convierte este tipo de viviendas en una opción ideal tanto para las vacaciones como para pasar temporadas largas, gracias a la implementación del trabajo a distancia. Y es que, en España, el tener una segunda residencia es algo que atrae a gran parte de la población. Así lo demuestran los datos de la Estimación del Parque de Viviendas del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, según los cuales, en 2019, casi una cuarta parte del parque de viviendas a nivel nacional correspondía a viviendas no principales.

Los expertos de Instituto de Valoraciones exponen algunas razones por las que apostar por una segunda vivienda antes de que acabe el 2020 puede ser una buena opción de inversión:

– Las fiestas de este año, en entornos privados. Menos viajes, limitaciones de aforo en las cenas navideñas o toque de queda, son algunas de las tendencias que marcarán las fechas festivas de este año. Ante este panorama, las segundas residencias se posicionan como una opción interesante tanto para las navidades, como para las próximas vacaciones. Una vivienda que ofrezca un espacio cómodo donde descansar o, incluso, teletrabajar, en la que no haya zonas comunes que compartir con otros huéspedes y que estén ubicadas en emplazamientos más tranquilos que las zonas urbanas, podría presentarse como una buena opción de inversión para antes de que acabe el año.

– Posibilidades de rentabilidad a medio-largo plazo. Teniendo en cuenta las limitaciones vigentes para viajar a destinos internacionales, el poder disfrutar de una vivienda en zonas rurales o costeras dentro del país es algo que genera gran interés actualmente. Esto podría suponer una buena opción de rentabilidad para las segundas residencias, en especial aquellas ubicadas en entornos de montaña o costeros, cuya demanda de alquiler podría verse elevada, sobre todo en épocas especiales como vacaciones de invierno o verano. En las provincias de Toledo, Lérida y Valencia, las rentabilidades brutas pueden oscilar entre el 6-7%, según los datos analizados por Instituto de Valoraciones en el último trimestre.

– Una alternativa tanto para las vacaciones como para el día a día. Las circunstancias que se han vivido en los últimos meses han hecho que el trabajo a distancia se consolide como una alternativa al trabajo presencial, una nueva forma de trabajo que parece haber venido para quedarse. Este cambio de tendencia permite aprovechar más las segundas residencias, ya que ahora se pueden utilizar tanto para las vacaciones, como para pasar largas temporadas. Esto sería así teniendo en cuenta que la vivienda en cuestión se encuentre en una zona con buen acceso a Internet y con servicios básicos cercanos.

– Más oportunidades para la compra. En la situación actual, algunos propietarios han optado por poner a la venta sus viviendas con el objetivo de obtener mayor liquidez de una forma más rápida. A este factor se le añade el descenso de compraventa de vivienda por parte de extranjeros, que en el primer semestre de 2020 decreció un 37,4% interanual, según el Consejo General del Notariado. Ante este escenario, podría pensarse que la oferta es mayor para los interesados en adquirir segundas residencias.

– Vía de escape de las grandes ciudades, cambio de aires y ocio al aire libre. Por la situación actual, las recomendaciones incluyen más espacios abiertos, menos aglomeraciones y el menor contacto social posible. Y, en este sentido, las segundas residencias, que suelen ubicarse en zonas con estas características de menos población y más naturaleza, se posicionan, más si cabe, como una alternativa ideal para cambiar de aires y disfrutar de entornos al aire libre para el deporte y el ocio.

– Viviendas más adaptadas a los nuevos hábitos de vida. Se priorizan espacios exteriores como terrazas o jardines, habitaciones extra o espacios luminosos. De hecho, a raíz de la pandemia, en el País Vasco, por ejemplo, se está trabajando una nueva ordenanza de construcción de vivienda que favorezca el diseño de los nuevos edificios con terraza.

– Hipotecas favorables por la bajada del euríbor. El principal indicador que referencia las hipotecas ha marcado un nuevo mínimo histórico en el mes de noviembre, con una media del -0,481%. Esta tendencia a la baja que ha venido registrando el Euribor en los últimos meses, y que parece que seguirá así, por lo menos en el corto-medio plazo, podría beneficiar a los compradores a la hora de solicitar una hipoteca para la compra de vivienda.

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