Frenar la COVID con melatonina, a la espera de las vacunas

El retraso de la llegada de las vacunas contra la COVID-19 y la lentitud del proceso de vacunación hacen poco probable el cumplimiento de los planes de vacunación anunciados por los gobiernos de la mayoría de los países europeos. Mientras tanto, los contagios no bajan, el personal sanitario empieza estar al borde de sus capacidades, y la gente común se desespera, tanto por el riesgo de sufrir el contagio, como por las consecuencias económicas que supone no frenar la pandemia en ausencia de un tratamiento eficaz.

Desde el inicio de la pandemia, el doctor Jan Tesarik y la doctora Raquel Mendoza-Tesarik, directores de la clínica MARGen de Granada, han recomendado el uso preventivo de la melatonina frente a la COVID-19 y “especialmente ahora, para cubrir este periodo de transición hasta la llegada de la vacuna. La dosis recomendada es de 5 mg al día para la prevención del contagio”.

Estos científicos utilizan melatonina desde hace años para tratar patologías femeninas relacionadas con la infertilidad, tales como la endometriosis y la adenomiosis. Aunque, a la primera vista, parezca algo raro, la verdad es que estas enfermedades, afectando el sistema reproductor femenino, tienen mucho en común con las infecciones virales del sistema respiratorio. En ambos casos se trata de una respuesta inmune inadecuada, estrés oxidativo e inflamación.

Melatonina tiene efectos demostrados y publicados, inmunomodulatorios, anti-oxidativos y anti-inflamatorios. Las tesis del equipo granadino han sido confirmadas por trabajos independientes de investigadores estadounidenses, chinos y alemanes. Además, otro estudio granadino reciente sugiere que la melatonina puede afectar directamente el virus, al inhibir su multiplicación en las células infectadas. Debido a su capacidad de actuar contra varios tipos de virus causantes infecciones respiratorias, incluyendo el de la gripe, es altamente probable que la melatonina actuará con la misma eficacia contra todas las cepas del virus de la COVID-19, ya existentes o por aparecer en el futuro.

Los doctores Tesarik y Mendoza-Tesarik comentan: “Aunque la eficacia de la melatonina contra la COVID-19 no ha sido lo suficientemente confirmada por pruebas controladas aleatorizadas, existe una fuerte evidencia circunstancial a su favor. Y el doctor Tesarik añade: “Cuando hay una gran probabilidad de que un tratamiento es más eficaz que otro, o que ninguno, la construcción de una prueba controlada aleatorizada contradice los principios éticos básicos de la medicina. De hecho, esta práctica perjudicaría aquellos pacientes que no recibieron el tratamiento supuestamente eficaz. Esta lógica fue adoptada por la Organización Mundial de la Salud durante la epidemia del Ebola. Además, la melatonina que se vende en las farmacias es idéntica a la producida por el mismo organismo, por lo cual no tiene efectos tóxicos, es barata e inmediatamente disponible. Y es que ya no tenemos tiempo para seguir perdiéndolo».

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