Cuatro millones de casas sin medidas de seguridad

Pero esa la desprotección de los hogares no se limita sólo a no poseer alarmas y es que, según un informe publicado por la División de Hogar de la aseguradora Línea Directa, aproximadamente 11 millones de viviendas en España no están aseguradas contra robos, lo que supone un sorprendente 42% del total. Este dato es igual de sorprendente que preocupante.

Solamente durante el 2015 se produjeron 120.000 hurtos en viviendas, un 70% de los registrados hace menos de 10 años, en 2007, justo antes del estallido de la crisis económica, según rezan los datos que facilita una fuente tan fiable como es el Ministerio del Interior.

¿Realmente, conociendo esta situación hay gente que se resiste aunque sea a instalar alarmas para casas en sus hogares? Parece una temeridad que puede costar muy caro, puesto que, aunque la cifra es ligeramente inferior a la de 2013, lo cierto es que sí que ha existido un aumento en el número de hurtos con violencia, e intimidación.

Un aspecto a tener muy presente en este tipo de casos es que no se produce únicamente un daño o pérdida de bienes materiales o dinero, sino que se crea una situación de vulnerabilidad, de herida psicológica e impotencia que no llega a reparar las indemnizaciones por daños y perjuicios.

Es un hecho constatado que la crisis económica que ha azotado España en los últimos años ha propiciado que se dispararan los robos en casas particulares. De hecho, según el informe anteriormente citado de Línea Directa, en los hogares que se encuentran bajo su protección se produce un intento de hurto cada 34 minutos. Además, según se ha podido extraer de sus datos, la posibilidad de que este delito ocurra en un chalet es más del doble con respecto a un piso.

Pese a todas las alarmas para viviendas que se pueden instalar, los ladrones siguen teniendo ciertas técnicas para tratar de entrar en los hogares. La más habitual es la de “marcadores en las casas”, un método por el que colocan durante varios días un plástico o papel entre el marco y la puerta para saber cuáles están vacías.

La segunda técnica más socorrida es la del “método del escalo” por fachadas y la tercera vestirse como si de un profesional de servicios de agua, gas o repartidores se tratara.

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