El urólogo Pep Auguet explica qué es el cáncer de vejiga y cómo detectarlo a tiempo

El cáncer de cualquier tipo siempre es un crecimiento anómalo y descontrolado de las células del cuerpo y que puede aparecer prácticamente en cualquier órgano o tejido. Este crecimiento celular acaba por ser visible a simple vista en forma de masa o tumor (maligno). En el caso del cáncer de vejiga se trata de un crecimiento maligno originado en las células de la vía urinaria.

¿Cómo de frecuente en el cáncer de la vejiga urinaria?
Es el tumor más frecuente de las vías urinarias y es el séptimo tumor más frecuente en los hombres.

¿Por qué aparece el cáncer de vejiga?
Como sucede siempre en el cáncer, no aparece por un único estímulo sino que suele ser consecuencia de la acción de multiples factores de riesgo. Estos son los factores de riesgo más comunes del cáncer de vejiga:

– Tabaco. Sin duda alguna, es el principal factor de riesgo para desarrollar un tumor de vejiga. Se estima que el 50% de todos los tumores de vejiga aparecen como consecuencia del tabaco ya sea en pacientes fumadores, ex-fumadores o fumadores pasivos.

– Sexo masculino. Históricamente, el cáncer de vejiga siempre ha afectado más al sexo masculino que al femenino, en parte debido al mayor consumo de tabaco por parte de los hombres. Dado que en los últimos años esta tendencia de social está cambiando, es probable que en un futuro las cifras se igualen entre ambos sexos.

– La exposición industrial a las «aminas aromáticas» en ciertos puestos de trabajo como plantas industriales o petrolíferas también se asocia a un riesgo mayor de padecer este cáncer.

– El uso de radiaciones ionizantes (como por ejemplo la radioterapia) también tiene una relación directa en el desarrollo de tumor de vejiga

– Hay un tipo de infección parasitaria llamada esquistosomiasis que puede causar un cáncer específico de vejiga llamado carcinoma escamoso.

– Dieta de mala calidad. La dieta está implicada en el desarrollo de este y otros tantos tipo de de cáncer. Por suerte, se trata de un factor modificable y que se puede poner a favor ya que recientemente se ha observado como una dieta sana y equilibrada («Mediterránea») puede reducir el riesgo de cáncer de vejiga.

¿Se puede prevenir?
Por desgracia, el cáncer nunca se puede prevenir al 100%, aunque sí se puede reducir drásticamente las probabilidades de que aparezca si se evitan los factores de riesgo implicados en su desarrollo. Salvando las distancias, se podría decir que la aparición del cáncer se parece a una «lotería», es decir, cuantos más números de lotería se compren (factores de riesgo), mayor es la probabilidad de que toque.

En el caso del cáncer de vejiga, dado que el tabaco es el principal factor implicado en el cáncer vesical, la medida más eficaz para prevenirlo es dejar de fumar. Como medida de prevención adicional tanto de este como de otros tipos de cáncer, también se aconseja mejorar los hábitos de vida, sobre todo dieta y ejercicio.

¿Puede ser hereditario?
A día de hoy no se conoce ningún gen que tenga relación directa o que sea el responsable de padecer un tumor vesical aunque sí que se ha observado cierta predisposición familiar en familiares cercanos de pacientes afectados de cáncer de vejiga.

¿Qué síntomas provoca el cáncer vesical?
El cáncer de vejiga habitualmente se presenta con síntomas relativamente leves que sugieren la presencia de un tumor localizado (síntomas iniciales). Sin embargo en algunas ocasiones, se detecta cuando el tumor ya está extendido y lo que se observa son síntomas derivados de la afectación de otros órganos (síntomas avanzados).

Síntomas iniciales

– Hemorragia o sangrado en la orina. El sangrado urinario (hematuria) suele ser el primer síntoma en aparecer y el síntoma principal por el que consultan los pacientes.

– Coágulos en la orina. Además del sangrado, si este es abundante pueden aparecer coágulos en la orina que incluso pueden llegar a obstruir la salida de la orina a nivel de la uretra.

– Obstrucción urinaria. En caso que algún coágulo tape la uretra puede imposibilitar por completo la expulsión de orina originando lo que se conoce como «retención aguda de orina» o «globo vesical». Es una situación urgente y que requiere colocar una sonda urinaria para limpiar la vejiga de coágulos que podrían volver a obstruir la uretra.

– Anemia. En casos de sangrado persistente en el tiempo durante meses puede aparecer anemia. No es una situación muy frecuente dado que la mayoría de pacientes consultan al médico al ver sangre en la orina y por tanto no suele dar tiempo a que se desarrolle.

– Síndrome miccional. Los tumores de vejiga pueden dar sintomatología urinaria similar a los síntomas que provoca la hiperplasia benigna de próstata. La necesidad de orinar muchas veces, cierto malestar abdominal o genital al orinar o incluso incontinencia urinaria. Estos síntomas «irritativos» se produce porque la vejiga «nota» una masa anómala en su interior, (el tumor) que la irrita y provoca que «se queje». Es importante no confundir estos síntomas con una infección urinaria ya que puede retratar la consulta con el urólogo y por tanto se puede retrasar el diagnóstico.

Síntomas avanzados
Aunque no es habitual encontrarse con tumores vesicales muy avanzados, los síntomas pueden darse en tumores de rápido crecimiento o en pacientes que no acuden con una cierta celeridad al médico.

– Obstrucción del riñón. Cuando el crecimiento del cáncer dentro de la vejiga comprime el uréter (el conducto o «tubería» que conecta el riñón con la vejiga) y no deja que el riñón expulse orina, puede llegar a dañarlo de forma irreversible.

– Metástasis. Las metástasis son implantes del tumor en órganos a distancia. Algunos tumores vesicales tienen la capacidad de generar metástasis y pueden llegar al pulmón, al hígado o a los huesos entre otros órganos.

¿A qué edad aparece?
La edad media de presentación del tumor de vejiga está entre los 60 – 70 años. Aún así puede presentarse a «cualquier» edad siendo muy poco frecuente por debajo de los 40 años. Es poco frecuente que se dé antes de los 40 años pero no es imposible.

¿Cómo se detecta el cáncer de vejiga?
La detección precoz del cáncer de vejiga es un punto fundamental ya que permite actuar en una etapa más temprana de la enfermedad y por lo tanto se tendría más posibilidad de erradicarla por completo y además, de hacerlo mediante tratamientos menos invasivos. La mayoría de pacientes debutan con un sangrado urinario así que la primera fase para detectar el cáncer es establecer la sospecha mediante una correcta anamnesis y exploración física. A partir de aquí, se debe realizar una serie de pruebas complementarias para poder confirmar o descartar el diagnóstico de cáncer vesical.

Pruebas para detectar una neoplasia vesical

-Análisis de orina: el análisis de los distintos componentes de la orina puede dar información directa o indirecta sobre la posibilidad de tener un tumor en la vejiga o en la vía urinaria. Por ejemplo, observar sangre a nivel microscópico, aunque no se vea a simple vista, es un signo de sospecha de un posible cáncer vesical.

– Citología urinaria: la citología es el análisis de las células «sueltas» que hay en un líquido o que extraemos de un tejido. En el caso del cáncer de vejiga, la citología constituye un pilar fundamental tanto en el diagnóstico como en el seguimiento. Cabe destacar que la presencia de células cancerígenas en la orina puede indicar la presencia de un tumor localizado en cualquier parte de la vía urinaria, no solo en la vejiga.

-Marcadores tumorales: a día de hoy no se dispone de ningún marcador tumoral en sangre u orina que ayude a detectar un tumor vesical. Hay diferentes marcadores en estudio pero algún estudio pero todavía están lejos de constituir una prueba estándar en el diagnóstico del cáncer de vejiga.

-Ecografía urinaria: la ecografía permite identificar posibles lesiones que puedan hallarse dentro de la vejiga. Al ser un método no invasivo es ideal para la evaluación inicial de los pacientes con sospecha de tumor vesical. Hay que tener en cuenta que los tumores pequeños (menores a 1cm) pueden pasarse por alto y pueden ser necesarias realizar otras pruebas para confirmar o descartar la sospecha de cáncer.

-Cistoscopia: se trata la prueba más específica y sensible en el diagnóstico del tumor vesical. Consiste en la introducción de una cámara por el conducto de la orina (uretra) que permite una visualización completa y bien definida de toda la uretra y de la vejiga urinaria. Se puede, por lo tanto, detectar y estudiar las características de cualquier lesión sugestiva de malignidad (cáncer): localización exacta, tamaño, grado, etc; es decir, con todo tipo de detalle. Aquí, toda la información en detalle sobre la cistoscopia.

-TAC-Urografía: aunque el TAC de abdomen no es la prueba de elección inicial en el diagnóstico de un tumor de vejiga, puede ayudar en muchos casos. Resulta de especial utilidad cuando se sospecha que el tumor se encuentra cerca de los riñones, en la vía urinaria superior (uréteres).

Tipos de cáncer
La mayoría de tumores que se dan en la vejiga son tumores de células uroteliales o también denominado de células transicionales.

Aún así, pueden darse otros tipos de tumores (que suelen tener peor pronóstico) como sería el carcinoma de células escamosas o el adenocarcinoma.

Tipos histológicos de tumores vesicales:

– Carcinoma de células transicionales

– Carcinoma de células escamosas

– Adenocarcinoma

– Carcinoma micropapilar

– Carcinoma sarcomatoide

– Carcinoma microquístico

¿Cuándo consultar a un médico?
Como norma general ante cualquier alteración del ritmo urinario se recomendaría consulta con un médico especialista en urología.

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