Tras la pandemia, crece un 5% interanual el número de trabajadores asalariados, un 6% el de empleadores, pero cae un 1,4% el número de autónomos

Hace unas semanas, el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, presentaba la primera parte[1] del IX Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo en España[2]. En esa primera entrega se analizaba el empleo desde una perspectiva de género, edad, nacionalidad y formación de los ocupados. Su principal conclusión era que se han recuperado ya todos los empleos destruidos por la crisis del coronavirus y que esta recuperación del empleo había beneficiado especialmente a mujeres, jóvenes, inmigrantes y personas con hasta la segunda etapa de la educación secundaria y/o FP.

En esta segunda entrega se analiza el perfil socioeconómico de la ocupación en España. Es decir, se analiza el empleo creado desde un punto de vista sectorial, de la situación profesional (si son autónomos, asalariados, empleo público y privado, etc.), y de si la contratación está siendo indefinida o temporal.

Además, como en la primera parte del Monitor de Ocupación, en aquellos puntos en los que sea relevante la información se ha establecido una comparativa entre los datos del tercer trimestre de 2021 con los del tercer trimestre de 2008 –año en que comenzó la anterior crisis económica en nuestro país- para comprender mejor el impacto que ambas recesiones han dejado en la ocupación española y si las consecuencias de ambas han sido muy diferentes.

Dentro de esta segunda parte del Monitor Adecco de Ocupación hay que destacar que el empleo asalariado y el de los llamados “empleadores” (no asalariados que además tienen personal a su cargo) se ha recuperado y se mantienen con incrementos interanuales positivos pero el empleo autónomo (sin personal a cargo), presenta una caída interanual. Diez de las once ramas de actividad también presentan crecimiento interanual y el empleo temporal está avanzando más rápido que el indefinido.

Empleo según situación profesional
Si se separan los empleos en dos grandes categorías, Asalariados y No asalariados, se ve que el 95% de los puestos de trabajo creados en los últimos doce meses[3], corresponde a la primera. En efecto, el número de asalariados ha tenido en el tercer trimestre un aumento interanual de 808.600 personas (+5%), al mismo tiempo que el de no asalariados lo ha tenido de 38.700 (+1,3%).

Sin embargo, dentro de los no asalariados hay notables diferencias: mientras ha subido el número de empleadores (incremento interanual de 53.500 personas; +6%) y el de Otros (se incluyen principalmente miembros de cooperativas y personas que ayudan en el negocio familiar sin remuneración; ha ganado 7.800 personas, equivalente a un aumento de un 15,2%), se ha reducido la cantidad de autónomos (no tienen personal a cargo; este colectivo ha tenido una caída de 28.900 personas, con un descenso interanual de un 1,4%).

Entre los asalariados, el sector privado ha contratado a 661.600 asalariados (+5,2% interanual), mientras que el sector público a 146.900 personas (+4,4%). Pese a este incremento, el sector privado tiene 128.800 asalariados menos que en 2019, al tiempo que el sector público tiene 255.300 más.

Del lado de la situación profesional, se tiene que los 20,03 millones de ocupados que hay ahora en España se corresponden con 16,92 millones de asalariados y 3,1 millones de no asalariados. A su vez, los trabajadores por cuenta ajena se subdividen en 13,43 millones de asalariados en el sector privado y 3,48 millones en el sector público, que es el máximo histórico. Por su parte, los no asalariados pueden desagregarse en 2,05 millones de autónomos, 947.400 empleadores y 106.700 personas en otros.

El peso del empleo asalariado dentro de la ocupación total es ahora de un 84,5%, medio punto porcentual más que hace un año, y 2,1 p.p. por encima que en 2008. La importancia del empleo público dentro del empleo total ha permanecido en un 17,4%, que es la mayor proporción desde 2012. El segmento de no asalariados supone un 15,5% del empleo total, 5 décimas menos que hace un año.

Nueve autonomías repiten el patrón nacional: un aumento simultáneo en el número de asalariados y no asalariados. En las ocho restantes, también sube el número de asalariados, pero el de no asalariados disminuye. Los mayores incrementos interanuales en el número de no asalariados se han alcanzado en la Región de Murcia (+24,7%) y la Comunidad Valenciana (+12,7%). Y los mayores retrocesos en Cantabria (-18,7%) y Extremadura (-17,2%).

En el caso de los asalariados, Extremadura (+13,7%) y Cantabria (+11,8%) obtienen los incrementos más significativos, mientras que la Comunidad Valenciana (+0,8%) y el País Vasco (+2,2%), los más moderados.

El empleo público crece en 15 autonomías. Los incrementos más significativos son los de Cantabria (+17,9% interanual), Baleares (+11,7%) y Cataluña (+9,6%). Las únicas regiones en donde el número de asalariados públicos muestra una caída interanual son la Comunidad de Madrid (-5,2% interanual) y Castilla-La Mancha (-3,7%).

El colectivo de asalariados del sector privado solo disminuye en la Comunidad Valenciana (-1% interanual). Entre las 16 regiones que muestran incrementos, hay tres en las que supera el 10%: Extremadura (+16,7%), Castilla-La Mancha (+11,7%) y Cantabria (+10,1%).

Las dos comunidades autónomas en las que el empleo público supone una mayor proporción de la ocupación total son Extremadura (25,1%) y Asturias (21,4%). La situación contraria es la que se observa en Baleares y en Cataluña, regiones en las que el empleo público tiene el menor espacio en el empleo total, con un 14,6% y 14,1%, respectivamente. Estas cifras se comparan con una media nacional de un 17,4%.

Solo hay dos comunidades en las que el empleo asalariado privado supone más del 70% de la ocupación total: la Comunidad de Madrid (72,2%) y Cataluña (71,4%). Extremadura es la única región en la que el peso del empleo asalariado privado es inferior al 60%, con un 58,2%. El promedio nacional se sitúa en un 67,1%.

Finalmente, las tres regiones en donde el empleo no asalariado explica una parte más amplia de la ocupación total son Galicia (18,8%), Baleares (18,4%) y la Comunidad Valenciana (18,1%). En toda España, la media es de un 15,5%.

Empleo asalariado fijo y temporal
Otro ángulo desde el que se puede analizar la evolución del empleo asalariado es según sea la duración de su contrato: indefinida o temporal.

Más de 6 de cada 10 empleos asalariados creados son de carácter temporal. En efecto, la contratación de 808.600 empleos asalariados se desagrega en la creación de 300.700 plazas de carácter indefinido (+2,5%) y la incorporación de 507.700 personas con un contrato temporal (+13%).

Los 16,92 millones de asalariados que hay en España en la actualidad se pueden descomponer en 12,52 millones de asalariados con contratos indefinidos y 4,40 millones con contratación temporal.

En 14 autonomías, del mismo modo que en el total nacional, hay un incremento tanto en el número de asalariados fijos como en el de temporales. Por el aumento del empleo indefinido destacan Extremadura (+17,3% interanual) y Cantabria (+16,5%), al tiempo que la mayor expansión del colectivo de asalariados temporales se encuentra en Canarias (+25%) y Cataluña (+18,9%).

Las excepciones a esa dinámica son la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Navarra. En los dos primeros casos cae el número de asalariados fijos (-3,1% y -1,8%, respectivamente), reducción que es más que compensada por la contratación de empleados temporales (+12% en la Comunidad Valenciana y +16,9% en la autonomía vasca). Por su parte, Navarra es la única región en la que cae el empleo temporal (-1,7%), caída que también es de sobra compensada por la incorporación de empleo indefinido (+7,3%).

La tasa de temporalidad (proporción de asalariados temporales dentro del colectivo de asalariados) se ha elevado hasta el 26%, 1,8 puntos porcentuales más que un año antes y el dato más alto desde 2019. Sin embargo, hay una diferencia sustancial: mientras la proporción de asalariados temporales en el sector privado es de un 24,6%, en el sector público es 7 p.p. más alta, un 31,6%.

Extremadura (35,2%) y Andalucía (33,5%) son las únicas regiones en las que más de un 30% del total de asalariados trabaja con contratos temporales. En el extremo opuesto, la Comunidad de Madrid (19,5%) es la única en donde esta variable es inferior al 20%.

La ocupación por rama de actividad
Si se clasifica el empleo en 11 ramas de actividad (Agricultura, Agua y Energía, Manufacturas, Construcción y siete ramas de Servicios), se ve que tres de ellas concentran casi 2 de cada 3 empleos en el conjunto de España. Son Comercio y Hostelería (28,2% del empleo total), Administraciones Públicas y servicios sociales (23,2%) y Manufacturas (12,2%). Dado que la pandemia ha golpeado más en Comercio y Hostelería, el actual 63,7% del empleo total que agrupan estas tres ramas, conlleva una concentración menor que hace, por ejemplo, dos años, cuando copaban el 64,6%.

Estas mismas tres ramas de actividad son las que más empleos proveen en 12 comunidades autónomas, aunque no en todas ellas con la misma importancia relativa.

Baleares y Canarias se diferencian del resto por la mayor importancia de la rama de Comercio y Hostelería, que da cuenta, respectivamente, del 39,9% y 38,7% de todos los empleos (aunque eso marca un sensible descenso con relación al 42,7% y 46,4%, respectivamente, de hace dos años). Al mismo tiempo, son las regiones donde el empleo de las Manufacturas tiene un peso más bajo (4,7% en Baleares y 4,2% en Canarias).

Por la situación inversa destacan Navarra y La Rioja, que son las únicas autonomías donde más del 25% de los empleos corresponde a las Manufacturas (26,8% y 25,2%, respectivamente). Navarra es también la comunidad donde Comercio y Hostelería muestra una relevancia más baja en el empleo (19,2%), seguida de La Rioja (21%).

Las Actividades profesionales alcanzan su mayor desarrollo en la Comunidad de Madrid, con un 15% del empleo total, seguida por Cataluña, con un 13,3%. Baleares es la tercera comunidad donde esta rama de actividad ocupa una mayor proporción del empleo, con un 11,9%.

Extremadura (30,9%), Castilla y León (26,7%) y Asturias (26,1%) son las regiones en las que el empleo de AA.PP. y servicios sociales ocupa un espacio mayor. Y Extremadura (10,5%) y la Región de Murcia (10,3%) son los únicos casos en los que el empleo de la Agricultura, Ganadería y Pesca supera el 10% del total.

En España, diez de las once ramas de actividad han incrementado su ocupación a lo largo de los últimos doce meses a septiembre pasado, en tanto que, en la restante, Actividades inmobiliarias, se ha producido un descenso de un 2,3%.

Información y comunicaciones (+12,1% interanual) y Finanzas y seguros (+8,2%) exhiben las variaciones más amplias. El mayor número de nuevos empleos, sin embargo, por segundo año consecutivo, corresponde a AA.PP. y servicios sociales (215.400 empleos, equivalente a 1 de cada 4 nuevos puestos).

En todas las autonomías hay al menos dos ramas de actividad que han destruido empleo en la comparación interanual. El País Vasco exhibe el peor resultado, con solo cinco de las once ramas de actividad incrementando su empleo. En Navarra y Cantabria hay creación neta de empleo en seis actividades, en tanto que en las cinco restantes se registra destrucción de puestos de trabajo.

En la situación opuesta se encuentran Canarias, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y La Rioja, que son las únicas autonomías con nueve ramas de actividad creando empleo.

En cuanto a la diversidad geográfica de la creación de empleo de las distintas ramas de actividad, los casos más desfavorables son los de Agricultura y ganadería, Agua y energía, y Actividades inmobiliarias, pues en los tres casos son siete las regiones que reducen el empleo. Por el contrario, AA.PP. y servicios sociales es la actividad cuyo aumento del empleo tiene una base geográfica más amplia, al haber crecido en 15 autonomías. Le sigue Información y comunicaciones, rama en la que el empleo se ha incrementado en 14 autonomías.

Comparando el número de ocupados de septiembre último de cada rama de actividad con el del mismo mes de 2008, se advierte que, pese a que el empleo total es inferior al de aquel año, hay cinco ramas con un incremento del empleo a lo largo de esos trece años. Son Actividades inmobiliarias (+30,5%), AA.PP. y servicios sociales (+23,9%), Actividades profesionales (+16,4%), Información y comunicaciones (+15,1%) y Agua y energía (+10,8%).

Las ramas de actividad que sufren la mayor contracción del empleo desde 2008 hasta aquí son Construcción (-46,5%), Manufacturas (-17,8%) y Finanzas y seguros (-6,6%).

La diferente evolución en el empleo ha significado un cambio en la composición de la ocupación por ramas de actividad. En esencia, la Construcción y las Manufacturas han perdido una participación (5,3 y 2,3 puntos porcentuales, respectivamente) que ha sido ocupada por AA.PP. y servicios sociales y Actividades profesionales (que han ganado 5 p.p. y 1,8 p.p., respectivamente).

Las demás ramas de actividad (Comercio y hostelería, Finanzas y seguros, Información y comunicaciones, Actividades inmobiliarias, Agricultura, ganadería y pesca, Servicios culturales y otros, y Agua y energía), exhiben ahora una participación similar a la de hace trece años atrás (variaciones de hasta 5 décimas, en un sentido u otro).

[1] Disponible en https://n9.cl/8cd9w

[2] Toma como referencia los datos de la Encuesta de Población Activa (última entrega disponible al tercer trimestre de 2021).

[3] Tercer trimestre de 2020 a tercer trimestre de 2021.

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