Todo lo que hay que saber sobre el bótox

Breve historia del botox para situar
Para empezar, hay que decir que Botox es una marca registrada de un laboratorio farmacéutico (Allergan, Inc) y que proviene de su principio activo, “BOtulin TOXin”. La toxina botulínica, que proviene de una bacteria, logró aislarse por primera vez en el s. XVIII tratando de dar una respuesta a una enfermedad llamada ‘botulismo’ (del latín ‘botulum’ salchicha), producida generalmente por la ingesta de alimentos cárnicos o grasos en mal estado de conservación o con fallos durante su proceso de producción. Sus efectos eran la relajación y parálisis de los músculos esqueléticos pudiendo producir síntomas como fatiga, dificultad respiratoria, dificultad para deglutir y hablar, náuseas, etc. Por lo tanto, Bótox no es un veneno de serpiente, ni de avispa, ni existen sustitutos como máscaras ‘efecto Bótox’. Tampoco rellena labios ni arrugas.

Una vez aislada la molécula se le trató de dar usos en la medicina por su peculiaridad de producir parálisis y relajación muscular, siendo el primer uso que se le dio aplicado en oftalmología para el tratamiento del estrabismo. El estrabismo es una patología oftalmológica producida por el exceso de actividad de los músculos encargados de mover el globo ocular. Y fue, casualmente, cuando tratando esta patología, la Dra. Carruther en EEUU, descubrió su posible aplicación en estética para el tratamiento de las arrugas alrededor de los ojos por los continuos comentarios de sus pacientes indicándole que no solo habían mejorado su patología ocular sino que tenían menos arrugas alrededor de las zonas de inyección.

¿Cómo actúa el bótox?
De una forma muy sencilla se puede decir que la toxina actúa bloqueando la señal que recibe el músculo para que éste no se contraiga. Este efecto es siempre reversible y no perdura más de entre 3 y 8 meses. Por lo que, una vez el efecto se haya pasado, habrá que volver a tratarse. Para ello debe inyectarse mediante una aguja muy fina directamente en los músculos (o alrededor de las glándulas) que se necesiten tratar. Con lo que, como se ha mencionado anteriormente, no existen máscaras milagrosas ni cremas con ‘efecto bótox’ porque simplemente no alcanzaran el objetivo de llegar a los músculos interesados.

Aplicaciones terapéuticas del bótox
A partir de ese momento son múltiples las indicaciones que ha ido ampliando este medicamento en el campo de la medicina, siendo la neurología el campo donde más se emplea además de la oftalmología, la dermatología o la medicina estética.

Su aplicación en neurología ha ayudado a miles de personas con importantes e incapacitantes dolores musculares, consiguiendo relajar el músculo que está en permanente contracción durante algunos meses y que deberá volver a tratarse. Pacientes con migrañas crónicas, blefaroespasmos (tics en los ojos) o la incontinencia urinaria son algunas indicaciones de muchas que ya están aprobadas por las autoridades sanitarias.

En dermatología su aplicación ha venido unida al control de la sudoración excesiva. Problemas como la hiperhidrosis plantar (en los pies), axilar o palmar (manos) ha podido verse mejorada temporalmente gracias a las inyecciones localizadas en las zonas afectadas. En este caso la toxina bloqueará la señal continua que le llega a las glándulas sudoríparas para que éstas solo segreguen sudor en caso necesario tras ejercicio físico moderado o condiciones de calor muy elevado.

Seguridad del tratamiento con bótox
Esta neurotoxina está aprobada para su uso con fines médicos y estéticos por las autoridades sanitarias de todo el mundo, estando sometida a controles muy exhaustivos por los departamentos de farmacovigilancia de cada país.

Su tratamiento debe siempre ser aplicado por un médico autorizado en su uso que haya sido entrenado expresamente para ello. No cualquier médico puede realizar el tratamiento con Bótox sin haber sido entrenado previamente en aspectos teóricos y prácticos.

Existen posibles efectos secundarios, normalmente cercanos a la zona tratada, como pueden ser debilidad muscular o dolor local en el punto de inyección. En el caso del tratamiento del blefarospasmo puede producir una caída excesiva del párpado que, como dijimos anteriormente, tendrá un efecto temporal. O en el caso del tratamiento de hiperhidrosis palmar se ha descrito falta de sensibilidad en algunos pacientes, pero siempre será una opción menos invasiva que la cirugía.

Como precauciones a tener en cuenta antes de someterse a un tratamiento con bótox son no estar embarazada, no utilizarla durante periodos de lactancia, no tener alergia a la albúmina (huevo) y debe informar al médico si tiene enfermedades nerviosas o musculares.

En definitiva, el bótox es un tratamiento que, aplicado por médicos expertos y en las indicaciones correctas, ayuda a muchas personas alrededor del mundo. Siempre hay que buscar a los especialistas contrastados, preguntar e informarnos para tener un tratamiento eficaz pero sobretodo seguro.

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