El cine presenta ciertas 'mentiras' capaces de dar imagen y sonido a elementos realmente inexistentes

El séptimo arte es un medio audiovisual que nos cuenta historias de todos colores; nos sumerge en mundos imaginarios pero también puede retratar la realidad más cruda. Desde sus inicios, el cine ha evolucionado a pasos agigantados tanto en los elementos que lo componen, sus estilos, así como en la tecnología que se utiliza para confeccionar las obras.

Eso sí, el cine se compone de «mentiras». Mentiras que nos envuelven, que ayudan a contar las historias que vemos en la pantalla. Se dice que la proyección misma es una «mentira» pues la sensación de movimiento se genera por el paso de fotogramas en secuencia. Es decir, el movimiento como tal no existe.

A este ejemplo también se puede añadir el sonido. Lo que escuchamos en las películas en su gran mayoría, por no generalizar, son «mentiras». En muchas de las ocasiones, los efectos de sonido, así como la complicada ingeniería de sonido en general son realizados con la destreza y arte de especialistas con los llamados efectos foley o efectos de sala.

Y es que buena parte de lo que escuchamos en las películas no son sonidos reales sino que se confeccionan en posproducción. Además, muchas veces lo que vemos en pantalla son historias de cosas que no existen en la vida real: naves, criaturas, varitas mágicas en acción y un larguísimo etcétera. Es por esto que los efectos y en sí el sonido de las películas es todo un arte, una especialización que ayuda a los creadores hacer que su historia cobre fuerza, sea creíble y nos envuelva.

Por tal motivo en las premios de cine se dedica una categoría a reconocer el trabajo en el área del sonido. A veces no se reconoce del todo este aspecto en las películas, pero sin duda se trata de uno de vital importancia. Por esto se puede decir que el cine es un arte tan complejo, pues requiere un sinnúmero de especialistas en las más diversas áreas, desde el director, los actores, los fotógrafos, así como todos los creativos de efectos visuales, especiales, sonoros y de edición, sólo por nombrar algunos.

Ahora bien, el sonido en una película no solo requiere de sonidos recreados o representados y efectos sino que se refiere a todo el ambiente que se crea con lo que escuchamos: la música, las voces, los mismos efectos foley pero también con los detalles finos de los sonidos, así como el silencio que, contrario a lo que se puede pensar, contiene información muy valiosa que los creadores de las películas aprovechan.

Así pues, la próxima vez que veamos una película escuchemos con mayor atención y recordemos las muchas «mentiras» que se crearon para construir esa obra. Por eso el cine es fascinante porque permite recrear lo inimaginable y dar imagen y sonido a lo que no existe.

El contenido de este comunicado fue publicado primero en la web de Hipertextual

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