Smartick abre el debate sobre el fracaso escolar masculino

Se conoce desde hace años, se estudia en algunos think tanks y libros recientes están llamando la atención sobre la necesidad de abordar la cada vez más amplia brecha educativa entre hombres y mujeres a favor de estas últimas. Pero, aun así, todavía no es un debate que esté en la agenda política o mediática, por eso Smartick ha querido poner sobre la mesa el preocupante dato de que casi 3 de cada 4 escolares que abandonan el sistema educativo antes de tiempo son niños, con la campaña «el 67% del fracaso escolar es masculino» y una lona virtual con tres universitarios en carreras de Ciencias.

Esta acción coincide con la vuelta al cole y la publicación del informe de la OCDE sobre la educación en España y la constatación de que se sigue liderando el ranking de fracaso escolar en la Unión Europea. Un informe que llega apenas tres meses más tarde que los resultados de las pruebas TIMSS y PIRLS, que miden la competencia matemática y de comprensión lectora de los niños de primaria, en los que España no acaba de mejorar. 

«Cuando fundamos Smartick, hace ya más de diez años, nos propusimos aportar soluciones a lo que ya sabían estudiosos de los sistemas de enseñanza: los que no tienen buenos cimientos matemáticos y de lectura son los candidatos al fracaso escolar, por eso decidimos centrarnos en los niños de cuatro a 14 años», explica Javier Arroyo, cofundador de Smartick. Por eso, para esta campaña de vuelta al cole han escogido a alumnos universitarios que empezaron a hacer Smartick desde muy pequeños.

Según un estudio de Esade Pol, las diferencias en fracaso escolar son mucho más evidentes entre las clases sociales más humildes pero la tasa de repetidores, mucho mayor entre los chicos que las chicas, es similar en todo el espectro social. Los autores del estudio barajan varias hipótesis sobre las causas –que los chicos hacen menos deberes es una de ellas– y creen que el mayor interés de los padres ayuda a mejorar. Según sus datos, cuando se está ya en los últimos cursos de secundaria es difícil remontar. «No podemos condenar a miles de niños al fracaso escolar porque estemos fallando en la base de primaria», explica Arroyo, quien añade que el éxito de Smartick desde que se fundó fue ser capaz de adaptarse al nivel de conocimiento de cada niño y, de ahí, conseguir que remonte con sesiones de ejercicios de 15 minutos. Y tener detrás a familias muy involucradas. De hecho, según el Barómetro de la Educación de Smartick -estudio en el que participaron más de 14.000 personas en España y LATAM-  seis de cada diez padres creen que hacen falta más matemáticas en primaria.

Al estudio de Esade Pol le siguió en repercusión mediática en España la publicación del libro de Richard V. Reeves ‘Hombres’, en el que el autor deja claro que el funcionamiento del actual sistema educativo puede estar perjudicando a los niños varones. Reeves, de hecho, aboga por escolarizar a los niños un año más tarde que a las niñas por su desarrollo más tardío en la lecto-escritura.

«Queremos que la vuelta al cole sea también un regreso al mejor colegio de los políticos, donde esté bien claro que queda mucho por mejorar en el sistema educativo y lo tengan escrito bien grande en su pizarra mental.  No nos podemos permitir, con cada vez menos niños, que haya semejante tasa de fracaso escolar», añadió Arroyo.

La lona sobre el fracaso escolar de Smartick vino precedida por otra «las niñas no valen para los números» -que ha sido visualizada por más de un millón de personas en redes y está colgada en la avenida Felipe II de Madrid- desmontando el mito ya que las tres protagonistas están cursando grados de ciencia. «¿Contradictorio? Para nada. Sorprendentemente, hay estudios que señalan que hay chicas que minusvaloran su capacidad con las matemáticas, lo que puede hacer que no quieran estudiar carreras tecnológicas o matemáticas justo en un momento en el que hay una altísima demanda de estos profesionales», explica Arroyo.

El cierre de la campaña lo protagonizarán chicas y chicos -que han seguido el método Smartick, al igual que más de 500.000 alumnos de todo el mundo desde pequeños-  que hoy son universitarios en grados exigentes. «En nuestras bases de datos no hay ninguna diferencia en cómo lo hacen niños y niñas, si luego resulta que sí que emergen en clase de manera acentuada es porque entran en juego otros factores distintos a la mera resolución de problemas. Habrá sesgos, estereotipos, presión de grupo…pero, con un método que se adapta a cada uno de ellos, somos capaces de que tengan mucha autoestima con las matemáticas en primaria, condición imprescindible para que no haya fracaso escolar», explica Arroyo.

Sobre Smartick
El método Smartick nace en 2009 de la mano de dos emprendedores españoles, Daniel González de Vega y Javier Arroyo, graduados por Stanford University y Harvard Business School en sus Executive Program, respectivamente. Tras dos años de desarrollo, en septiembre de 2011 sale al mercado la primera versión del programa Smartick Matemáticas. Desde entonces, el método basado en evidencias científicas se actualiza cada 5 semanas con nuevos contenidos y mejoras en la usabilidad y algoritmia. A principios de 2021, la compañía acaba de lanzar el programa Smartick Lectura, para aprender a leer y mejorar la comprensión lectora.

Smartick ha recibido el reconocimiento de instituciones como el MIT (Massachusetts Institute of Technology), Harvard, INSEAD y Oxford University. También la Comisión Europea le encomendó el objetivo de maximizar el rendimiento de los niños en edad escolar. En 2016 fue elegida como una de los 15 mejores startups mundiales por el jurado de The Next Web en Nueva York. En 2018, el Congreso de los EE.UU. de la mano de Colin Powell reconoció con el «Eisenhower Fellowship» la labor de Smartick en la educación mundial.

Miles de niños de 185 países resuelven a diario 2 millones de ejercicios en Smartick, que cuenta con un equipo multidisciplinar formado por 100 personas: maestros, pedagogos, psicólogos, matemáticos, filólogos, ingenieros, filósofos y programadores.

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