El Aula de Arte de Sigüenza Universitaria se dedicó al patrimonio cultural de Sigüenza

A lo largo de la hora y media que duró la primera sesión, Pilar Martínez Taboada, directora del Aula y cronista oficial de Sigüenza, analizó, ilustrándolos con más de cien imágenes, los diversos tipos de patrimonio que forman parte del patrimonio cultural. La docente puso ejemplos significativos del patrimonio artístico, arquitectónico, urbanístico, arqueológico, documental, bibliográfico, etnológico e inmaterial de la ciudad del Doncel.

La primera parte de su conferencia se centró en el patrimonio arquitectónico. Martínez Taboada destacó el protagonismo que tiene en 2018 uno de sus ejemplos claves, la catedral, que celebra el 850 aniversario de su consagración para el culto divino por parte del obispo Joscelmo, el 19 de junio de 1169. La ponente destacó que en conmemoración de la efeméride, el papa Francisco ha concedido un Año Jubilar a la catedral que se conmemorará no solo con diversos actos de carácter religioso, sino con otros muchos en los que se pondrá en valor su rico patrimonio artístico.

Los actos culturales a celebrar con motivo del año Jubilar también han obtenido el sello oficial del Año Europeo del Patrimonio Cultural. Entre ellos destacará la exposición ‘Fortis seguntina’ en el Museo Diocesano. A través de documentos y maquetas, sus visitantes podrán conocer las primeras fases constructivas de la catedral. La exposición continuará la saga de la celebrada con motivo del Año Greco, de la Exposición Atempora y de la dedicada al Cardenal Cisneros el pasado año. Asimismo, el Museo tiene su propio cumpleaños, puesto que en 2018 celebra su 50 aniversario.

A lo largo del Año Jubilar se sucederán otros eventos trascendentes, como la inauguración de la restauración del Altar de Santa Librada y el Mausoleo de don Fadrique de Portugal; la inauguración de la sala de las Banderas históricas propiedad del Cabildo, y la inauguración de la Sala de Fragua donde se expondrá la segunda serie de tapices flamencos regalada por el obispo Andrés Bravo de Salamanca, compuesta por ocho tapices dedicados a la ‘Historia de Rómulo y Remo’, que llegarán restaurados a la ciudad gracias al esfuerzo de diferentes instituciones, públicas y privadas, lideradas por la Fundación Ciudad de Sigüenza.
Además de referirse a todos estos próximos eventos, en su disertación sobre la catedral, Pilar Martínez citó al que es uno de los ejemplos más importantes del patrimonio artístico de la ciudad, la estatua funeraria de Martín Vázquez de Arce, el Doncel, que desde 1965 le da su nombre geoturístico a Sigüenza: ciudad del Doncel. Catedral y escultura han generado un patrimonio bibliográfico amplísimo, que la que también es cronista oficial de Sigüenza también puso sobre el tapete, mostrando las portadas de más de cuarenta libros dedicados a ambas, editados desde finales del siglo XIX a la actualidad.

La catedral de Sigüenza es fruto del mecenazgo de sus obispos y cabildos, y es también un ejemplo de restauración, primero tras los destrozos sufridos en la Guerra Civil, y en los últimos años por las sucesivas campañas restauradoras emprendidas por el IPCE (Instituto de Patrimonio Cultural Español). «Conocemos estos destrozos y restauraciones gracias al rico patrimonio fotográfico que nos ha legado, entre otros, Pedro Archilla y que año a año se enriquece con nuevos documentos gráficos gracias a la maestría de Antonio López Negredo», dijo Martínez Taboada.

En la segunda parte de la conferencia, la docente analizó otros ejemplos del patrimonio arquitectónico seguntino de todas las épocas, y dedicó una especial atención al Castillo-fortaleza, convertido en los años 70 en Parador, gracias a la unión de muchas voluntades y al impulso del cronista provincial Francisco Layna Serrano y del entonces cronista oficial de Sigüenza, Juan Antonio Martínez, y a la Casa del Doncel, propiedad en la actualidad de la Universidad de Alcalá. En este último caso, Martínez Taboada no sólo se refirió a su restauración, sino también a los museos y exposiciones permanentes que en ella se encuentran como el Museo de la Vihuela y de la Guitarra de José Luis Romanillos; la exposición de los cuadros de la familia Santos y la exposición sobre la fabricación de alfombras, inaugurada gracias a la cesión de fondos por parte de la familia Toro. También, al hablar de la Casa del Doncel hizo referencia al patrimonio documental que se conserva en la sala dedicada al Archivo Histórico Municipal. Y, haciendo referencia a los documentos, hizo mención de la cantidad y calidad de los que se conservan en el Archivo Catedralicio y en el Archivo Diocesano.

De patrimonio arquitectónico, y también de patrimonio arqueológico, trató al referirse a la Iglesia de Santiago, en cuya nave central se han hallado en 2017 los vestigios de la ciudad de Sigüenza anterior al siglo XII. Martínez Taboada ponderó la labor de la Asociación de Amigos de la Iglesia que es la impulsora de su restauración y de su conversión en un futuro próximo en Centro de Interpretación del Románico de la Provincia de Guadalajara. «El proyecto necesita del apoyo moral y económico no solo de las Entidades locales, provinciales, autonómicas y nacionales, sino, sobre todo, de los seguntinos y amantes de la ciudad», afirmó.
También habló sobre el patrimonio urbanístico al valorar una pequeña ciudad como es Sigüenza, declarada Monumento histórico artístico en 1965, en la que se puede estudiar, no solo todos los estilos artísticos en sus monumentos, sino todas las etapas del desarrollo urbano de una población durante más de 2000 años: desde sus etapas celtibérica, romana, visigoda e islámica, a su centro histórico medieval, su ensanche renacentista, su calle monumental barroca, su barrio ilustrado de San Roque, su Alameda neoclásica y sus barrios y chalets de los siglos XX y XXI.
En la tercera parte de la conferencia la cronista abordó, en primer lugar, el patrimonio etnológico, buena parte del cual mantienen vivo los artesanos de la ciudad. Martínez Taboada destacó el caso de los boteros o del cincelador Mariano Canfranc, pasando luego a analizar la estrecha relación entre el patrimonio etnológico en general con el patrimonio inmaterial.

Las procesiones de Semana Santa se estudiaron como un primer ejemplo de esta simbiosis. Las propias procesiones y los trajes de los ‘armaos’ son parte esencial del patrimonio etnológico. Y el ritual recién recobrado del Descendimiento de Cristo de la Cruz, el sonido del ‘paso de armao’, la música de las dos bandas seguntinas que acompañan a los ‘pasos’, o las torrijas y la limonada que se degustan en los bares y restaurantes de la ciudad y sus alrededores son ejemplos del patrimonio inmaterial litúrgico, sonoro, musical y gastronómico. «No debemos olvidar que el patrimonio inmaterial tiene como característica su propia evolución a través de los años, y sus sucesivos cambios que tenemos la obligación de documentar. De ahí la importancia que en estos últimos años han tenido para la historia de la Cofradía de la Vera Cruz y del Santo sepulcro la incorporación a las procesiones de los ‘armaos eméritos’ y las ‘hermanas de carga'», subrayó.

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