Vicente Martín Crespo da vida a la Historia con la publicación de "Casa Trona"

Cuando una emoción late con fuerza dentro de una persona, siempre encuentra la manera de salir. A veces ocurre que esta emoción encuentra su forma de representación en un libro, y entonces nacen historias tan maravillosas como la de Casa Trona.

Vicente Martín Crespo siempre quiso escribir esta historia, pero nunca antes había encontrado la ocasión real para poder hacerlo. Después de tantos borradores, tantos apuntes y tanto esfuerzo, el autor ha publicado con la Editorial Tregolam su primera obra: una novela histórica con un gran soporte autobiográfico.

Los acontecimientos, relacionados con la falta de agua, que vivirá la familia manchega de los Ronquillo son el hilo narrativo de esta historia. Alrededor, la situación política y social agrava los conflictos y hace más complicada la convivencia.

La Guerra Civil, los años previos a la muerte de Calvo Sotelo, la desorientación posterior… Son algo más que un marco en esta obra. Es un escenario que se siente, que vibra al fondo de los movimientos de los personajes. La contienda determina el ambiente, el día a día en un pueblo de la Mancha. Vicente hace algo con mucha valentía: dar cuenta de esa relación obligada entre los personajes y un contexto que los cohíbe, los censura, los aprisiona.

El autor llega hasta el lector porque da con la clave precisa para trasmitir magistralmente los sentimientos de una época tan injusta. Esa arbitrariedad de las guerras, que se queda a lo largo de años con aquello que la gente más necesita: paz, tranquilidad, armonía, respecto y fraternidad.

Casa Trona es un pequeño regalo, una llamada de atención para no olvidar el pasado. Es un libro que convierte al lector en partícipe del miedo, de la impotencia, del dolor, de la compasión… Tanto si vivió la Guerra Civil o sus consecuencias, como si no lo hizo. El que lea esta novela sentirá cómo estos sentimientos lo sobrecogen. No hay forma de quedarse fuera, de mostrarse ajeno a la trama.

Vicente, con un estilo lleno de localismos y regionalismos, plasma en estas páginas el caos que vivió su familia y el coraje que tuvieron que echar a la vida. Es una especie de homenaje al valor.

“Mi familia sufrió muertes, prisión, miedo, inseguridad y hambre como muchas otras. Quería tratar la vorágine que en mi pueblo se vivió, así como las proezas que mis padres, mis tíos, amigos y familiares tuvieron que realizar para superar el caótico momento que les tocó vivir”.

Abre la puerta de su casa a todo aquel que quiera entrar en ella sin pedir nada a cambio y deja la puerta abierta por si algún día quiere volver. Casa Trona es de esos libros que permanecen días después de que su lectura haya terminado.

 

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