Se publica el quinto cuento de Symetrías sobre la igualdad

En este quinto cuento de SymetríasFilomena, dulce y rebelde, queremos exponer que no hay actitudes, capacidades o tareas propias del género femenino o masculino. No hace falta ser hombre u obtener su beneplácito, para ser una misma, tener capacidad de decidir y romper las barreras impuestas por la única razón de ser mujer.

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Las niñas deben creer de verdad en la igualdad, se les tiene que poder ofrecer de verdad esa igualdad tanto en casa como en las escuelas. Pero aún, desgraciadamente no es así. Si hiciéramos una encuesta, la mayoría de las familias asegurarían que educan de forma igualitaria a sus hijos, pero esto no es cierto, seguimos educando de forma machista.

Las niñas siguen “escogiendo” actividades pasivas como los juegos con muñecas, casitas, cocinitas, maquillaje. Son juegos dentro del hogar que perpetúan el rol de cuidadora que se nos ha impuesto siempre. Mientras tanto los niños juegan a superhéroes, exploradores, científicos, futbolistas…. Y a la vez que juegan, están entrenando cosas diferentes a lo que nosotras entrenamos. El juego, ya desde pequeños, les va diciendo cuál es su lugar en la sociedad.

Los niños aprenden que tienen que ser valientes, poderosos, que está en su mano salvar el mundo… Las niñas no. Las niñas aprenden que tienen que cuidar de la casa, de sus hijos, que necesitan ser protegidas, rescatadas por el príncipe del cuento. Y todas estas cosas van marcando el género, nos va diciendo como tiene que ser una niña o como tiene que ser un niño. Luego no educamos en igualdad ni permitimos a las niñas que se comporten libremente.

Incluso podemos educar en el feminismo a nuestros hijos pero luego salen a la sociedad y se encuentran miles de estímulos machistas y patriarcales. Para evitar que todos estos estímulos choquen con nuestra educación tenemos que hacer conscientes a nuestros hijos de en qué sociedad viven, tienen que saber que están en una sociedad que no es igualitaria. Y darles herramientas para que ellos mismos vean estas desigualdades. Despertar esa capacidad crítica. Están en esta sociedad, van a ver películas, escuchar canciones donde se perpetúe el ideario machista, pero tienen que saber identificar dónde está el machismo. Si son capaces de detectarlo en la ficción, lo van a detectar en la vida real. Cuando tengan una pareja, si es un hombre, y ejerce el machismo,  lo van a detectar.

Por ello, nuestro cuento de Symetrías, Filomena, dulce y rebelde, quiere transmitir la idea tan necesaria de que se puede ser valiente, impulsiva, aventurera, imprevisible y un largo etcétera, y además, ser mujer y ser respetada.

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